José Mourinho siempre vuelve. El técnico portugués parecía más cuestionado que nunca al frente del Manchester United pero tres victorias consecutivas han vuelto a darle confianza frente a la opinión pública. La más reciente de ellas fue a lo grande, contra la Juventus de Turín en Champions League y remontando en los minutos finales.

Fue entonces, al final del partido, cuando Jose Mourinho sacó su cara más provocadora. Se llevó la mano a la oreja mirando al público de las gradas del estadio de la Juventus de forma desafiante, vengándose de una hinchada que le había estado insultando durante todo el partido y que finalmente vio como 'The Special One' se salía con la suya.

En la sala de prensa, el técnico de los 'red devils' quiso explicar su gesto alegando las provocaciones previas de la afición de la Juventus. "Me insultaron durante los 90 minutos y vine aquí para hacer mi trabajo, nada más. No ofendí a nadie, solo hice el gesto que quería escuchar algo más", dijo, refiriéndose a los insultos.

Además, también reconoció que no hubiese acabado el partido con esos gestos si los aficionados no le hubiesen insultado durante el encuentro: "Si hubiera estado frío no lo habría hecho, pero solo vine para hacer mi trabajo y la gente insultando a mi familia y a la interista, eso no es bueno y reaccioné de esa manera".

Hay que recordar que José Mourinho fue técnico del Inter de Mián hace años y, como ya es habitual en todas las ligas en las que entrena, no dejó demasiados amigos. La Juventus de Turín fue uno de sus grandes rivales y el entrenador portugués es recordado en Italia también por sus provocaciones en salas de prensa y durante los partidos.

Sobre el partido ante la Juventus, Mourinho comentó su satisfacción por una voctoria trabajada ante un rival duro: "Nuestro partido fue de alto nivel, jugamos al máximo nivel. No podemos ser mejores que esto. Ganamos contra un equipo que juega con objetivos distintos que los nuestros a todos los niveles. Fue una suerte que buscamos, porque hicimos un partido muy positivo".

La provocación de José Mourinho