Aunque huye de los focos y no le gusta ser protagonista, Ernesto Valverde está viviendo unos días especiales a nivel personal. Y no solo porque el equipo haya cogido la directa y esté en un momento de dulce, donde no conoce la derrota -más allá de la Supercopa-, sino porque está recibiendo el cariño de lugares en los que ya estuvo.

Valverde fue aplaudido por San Mamés este sábado y ahí se reencontró con viejos amigos a los que saludó, abrazó y agradeció el cariño mostrado. Y este martes vivirá otra jornada especial en Atenas, donde se volverá a ver con rostros conocidos de su etapa en el Olympiacos. Allí le tienen en alta estima por su trayectoria y proximidad.

Allí estuvo en dos etapas distintas y ganó hasta 5 títulos, tres SuperLigas y 2 Copas. Dos dobletes, algo que en Grecia es celebrado con absoluta locura, sobre todo si dejas al eterno rival, el Panathinaikos, a cero. El 'Txingurri' dejó huella en El Pireo y se espera que reciba un sentido homenaje mañana.

No obstante, una vez terminen los aplausos, aquello será un infierno hostil que tratará de ponerle las cosas complicadas al Barcelona. Los azulgrana llegan en racha y quieren sellar definitivamente su acceso a los octavos de final de la competición. Esto ya es un no parar y hay que dar el callo en cada momento.

Aleñá, ¿con opciones?

Después de que Iniesta no se haya recuperado, Valverde ha decidido llevar a Aleñá, que difícilmente jugará algún minuto, pero si el partido se pone de cara podría jugar algunos minutos. Quizás es uno de los relevos naturales del manchego por su desborde y visión de juego, aunque a él le gusta jugar más de mediapunta.