El futuro de Robert Lewandowski todavía está en el aire y hoy martes 12 de julio regresará a los entrenamientos del Bayern Múnich como los demás futbolistas que tuvieron compromisos internacionales. El atacante deseaba que su futuro estuviese resuelto antes de esta fecha, pero su profesionalidad le hará cumplir con su trabajo aunque deba armarse de paciencia después de todo el 'culebrón' que ha rodeado su salida.

Las reiteradas ofertas del FC Barcelona han sido descartadas por la cúpula bávara, aunque una nueva información asegura que ha sido una sola voz la que ha convencido a las demás de rechazar a los culés. Según apunta el diario 'Bild', sería Uli Hoeness, presidente de honor del club, quien se habría impuesto ante Hasan Salihamidzic y Oliver Kahn para que no vendan a su estrella por un precio no menor a los 50 millones de euros fijos.

Pese a que el cargo del exjugador no es más que el de un consejero, su palabra continúa siendo muy respetada dentro de la institución al punto de influir directamente en las decisiones ejecutivas. Su relación con Pini Zahavi, agente de 'Lewy', está muy deteriorada desde la salida de David Alaba al Real Madrid, otro de sus representados por los que sostuvo unas pretensiones para renovar fuera de los límites del Bayern. 

De hecho, Hoeness tampoco mantiene una buena relación con el Barça y en varias oportunidades le ha dedicado varias palabras sobre su situación económica. "El Barcelona quiere contratar a Lewandowski cuando tenía una deuda de 1.300 millones de euros hace seis meses. En Alemania estarían en bancarrota desde hace mucho tiempo. El juez de quiebras está en su puerta y le están haciendo una oferta millonaria a un jugador del Bayern", ha comentado en más de una oportunidad.

Obstáculo mayor

El antiguo mandatario considera al polaco como una leyenda de la entidad y no facilitará su venta porque eso sería un logro tanto para Zahavi como para el Barcelona. De hecho, el mismo rotativo alemán apunta que Kahn y Salihamidzic estarían dispuestos a negociar por 40 millones mas variables, pero la postura del consejero hace que todo vuelva al punto de partida.

De momento, la situación se encuentra encallada y Hoeness intenta revertir su pasado manteniéndose firme en su postura. Entre 2014 y 2016 estuvo en prisión tras declararse culpable por evadir 28.5 millones en impuestos cuando estaba en la presidencia del Bayern, lo que causó su dimisión. Ahora con 70 años, es mandatario de honor y quiere seguir persuadiendo a la directiva teutona como en años anteriores.