Fue en Tarragona en la Semana Santa del 2016 cuando Jordi Roura, quien cumplía como director de la cantera azulgrana, descubrió a Fermín López. Roura habló con 'Mundo Deportivo' y declaró lo siguiente: "Lo vi jugar con el Betis y me llamó la atención. Quizás para la mayoría de equipos no encajaba, pero sí para nosotros porque era el típico jugador muy bajito, muy endeble físicamente pero con mucho talento. Decidí traerlo y lo incorporamos al Infantil A".

Su apuesta por el jugador andaluz fue complicada de mantener, pero tanto Roura como Aureli Altimira, su mano derecha al frente de la cantera, no desistieron. No fue fácil para Fermín, que era consciente del hándicap físico que tenía, pero con su talento había que tener paciencia. Había quienes no creían en él y eso le llegaba a él y a sus padres. Les insistí en que seguiría mientras yo estuviera en el club. Es por eso que tuvo que trabajar más para ganar físico. Siempre ha sido un currante. Ha picado mucha piedra para llegar y por eso verle marcar ante el Madrid es como la culminación de un proceso. Se me puso la piel de gallina", señala Roura.

Guillermo Amor, otro de los responsables de La Masia, fue el encargado de firmar su renovación hasta el año 2022 junto al entonces directivo Xavi Vilajoana en 2019. 'Ya era muy vivo, un futbolista de calle como su amigo Gavi, muy especial y con ganas de comerse el mundo. De los que disfrutan con el fútbol. Marcó en la final de la Copa de Campeones de 2022 ante el Athletic y ahora al Madrid. Es muy bonito', declaró Amor.

Fermín López y una personalidad de oro

 El centrocampista andaluz es una persona con la cabeza bien educada. Tiene características que le ayudarán en su madurez como deportista y como persona: no tiene el ego subido, es agradecido y participativo. En Linares jamás tuvo un gesto de ‘estrella’ por fichar por el FC Barcelona. Socialmente, en Linares, la irrupción de Fermín fue un boom. Las visitas a centros escolares que el club organiza para promover el fútbol llevaron muchas veces a Fermín a hacerse fotos con niñas y niños linarenses."

Otra circunstancia importante que ha tenido su maduración en Linares: la mayor proximidad de El Campillo (Huelva) a Linares. Los 337 km se los recorrió su padre y familiares y amigos en la mayoría de los partidos jugados en Linarejos, acompañándole en su piso linarense, donde, por cierto, vivía solo y se encargaba de la compra y todas sus tareas domésticas.