Este miércoles hubo un bombazo en el mercado del fútbol español y europeo. La Real aceptó una oferta de 70 millones de euros por Alexander Isak del Newcastle y las distancias entre LaLiga y la Premier League parecen abrirse cada vez más, después de una operación que en sentido contrario sería básicamente imposible. 

La ruta de España hacia Inglaterra ha sido una de las más utilizadas en este mercado de fichajes, pero casi siempre en el mismo sentido. Isak, es el último ejemplo de la pérdida de calidad que ha sufrido el campeonato español este verano después que los clubes de LaLiga hayan tenido problema incluso para inscribir a jugadores.

El delantero sueco ha seguido al fichaje de Casemiro desde el Real Madrid al Manchester United. Además, el FC Barcelona, vendió a Coutinho al Aston Villa, envió cedido a Lenglet al Tottenham y Neto, un descarte de Xavi, fichó por el Bournemouth, un equipo recién ascendido a la Premier.

Equipos importantes como Sevilla y Valencia también han dejado salir a varios futbolistas al fútbol ingles. Augustinsson, en calidad de cedido, y Diego Carlos traspasado por 31 millones fijos, se marcharon con camino al Aston Villa, mientras que el Wolverhampton se hizo con Guedes por 32 'kilos'. Joel Robles, del Betis, se unió al Leeds como agente libre y Estupiñán cambió Villarreal por Brighton por 17 millones de euros. En todos estos ejemplos, equipos de mitad de tabla o de zona baja en Inglaterra.

El caso más increíble ha sido el del Nottingham Forest, equipo que ha roto completamente el mercado gastándose 148 millones de euros, después de ascender a la Premier nuevamente. El conjunto campeón de Europa en el siglo pasado hizo una oferta importante al Betis por el defensor Alex Moreno, pero el futbolista decidió seguir en el equipo sevillano, siendo casi el único caso.

El gran culpable

El motivo de esta 'revolución' de los clubes más modestos se debe a la repartición de los ingresos de la Premier. Los clubes de la zona media y baja de la tabla en Inglaterra reciben el doble que en España. La pasada campaña, los tres recién descendidos en la Premier ingresaron 98,5 millones de euros el Norwich, 101,2 para el Watford y 106,5 el Burnley. Mientras que en LaLiga Alavés, Levante y Granada recibieron 51, 50 y 52 millones respectivamente. Esto ha causado que fuera de Atleti, Madrid y Barcelona, el torneo español cada vez tenga menos nombres de peso en sus equipos.