En las últimas temporadas, la Juventus ha dado que hablar en el mercado de fichajes, y en el verano de 2020 podría volverlo a hacer. Los piamonteses aprovecharon las generosas condiciones fiscales del país para reforzar un proyecto que tiene la Champions League como principal objetivo, pero con la crisis del coronavirus tendrán que ajustarse el cinturón y han decidido poner en el escaparate a varias de sus estrellas.

La situación que se vive en Turín con futbolistas de la talla de Aaron Ramsey o Adrien Rabiot es cuanto menos curiosa, ya que llegaron a coste cero de Arsenal y PSG y ahora podrían marcharse por la puerta de atrás. Aunque sus casos son ligeramente distintos, comparten varios aspectos en común, ya que para reclutarles hubo que negociar con primas muy elevadas y unos salarios que ahora no se pueden sostener.

Los italianos 'robaron' al FC Barcelona y a otros grandes a dos centrocampistas muy interesantes, y ahora podrían regalarles para ahorrarse un puñado de millones y rascar alguno más en el traspaso. Varias fuentes indican que el de Caerphilly se embolsa 24 millones de euros por campaña, y las últimas informaciones que hablaban del de Saint-Maurice apuntaban que su sueldo podría incluso superar los 10 'kilos'.

El rendimiento deportivo de ambos no ha convencido a la 'vecchia signora', que les ofrece a precio de saldo para cuadrar sus cuentas. La intención es recortar el gasto por este lado para reinvertir en otras operaciones, entre las que destacan las renovaciones de Paulo Dybala y Cristiano Ronaldo. En Inglaterra revelan que el galés, a quien Maurizio Sarri no ha descartado todavía, ya ha sido ofrecido al Tottenham.

El Barça esquivó una bala con Rabiot

En el caso del francés, hay algunos agravantes, como una profesionalidad que recientemente se ha puesto en duda. Es evidente que al joven le afectaron los seis meses que los parisinos le tuvieron sin competir, pero más allá de su deficiente adaptación a la Serie A y sus 25 partidos sin goles o asistencias (1.578 minutos), no gustó que no diera señales de vida tras marcharse a su país para pasar el confinamiento.

En el Barça ya hay muchos que aseguran que se esquivó una bala cuando se dejó pasar la oportunidad de ficharle, ya que su llegada hubiera supuesto otro borrón en una planificación que no está para demasiados sustos. Los culés estaban dispuestos a aceptar las primas y el salario que el crack solicitaba, pero la competencia subió los precios y su agente optó por romper el trato y buscar a alguien que pagara más.