Todavía sigue causando cierta sorpresa entre la afición culé, pero este domingo se ha hecho oficial la vuelta de Paulinho al Guangzhou Evergrande. Los orientales lo han anunciado con una noticia en su página web, y pocas horas después, el FC Barcelona ha roto su silencio. El brasileño ya es historia.

Pese a las noticias que apuntaban a que los catalanes esperaban para cerrar algunos flecos del traspaso, lo cierto es que con su comunicado se han confirmado las previsiones que sonaban desde hace días. El centrocampista se marcha cedido por una temporada con una opción de compra obligatoria, aunque, eso sí, no se han especificado cantidades. Varias informaciones la sitúan en 50 millones de euros.

Con mucha brevedad en su explicación, el escrito ha pasado a los agradecimientos, recordando a una gran persona y entregado futbolista que en apenas unos meses se ha ganado el cariño del Camp Nou. "El Club expresa públicamente su agradecimiento a Paulinho Bezerra por su compromiso y por su dedicación y le desea suerte y éxitos en el futuro", se ha zanjado.

Paulinho y el Barça encuentran una propuesta ideal

Acto seguido, se han mencionado algunos de los logros del ex del Tottenham, como sus 9 goles en 49 partidos, su debut, su primer gol o su buen hacer en el Mundial de Rusia. "El brasileño ha destacado como un jugador de segunda línea que llegaba con facilidad al área rival. Pero también ha aportado trabajo defensivo al elenco de Ernesto Valverde", se ha definido finalmente.

A lo largo de los próximos días se esperan más explicaciones sobre una operación poco habitual, que se justificaría con una oferta que convenció rápidamente a ambas partes. Sueldazo, más minutos y un destino agradable para el jugador y beneficios económicos y más huecos para extracomunitarios para el club a cambio de un futbolista veterano.

La planificación podría centrarse ahora en una línea más joven, que asegure un relevo generacional y recupere el estilo del Barça, con una mezcla de jugadores de la Masia y fichajes. En este sentido, la apuesta pasa por promesas como Carles Aleñá o Arthur, a los que podrían seguir otros como Oriol Busquets o Frenkie de Jong.