Si algo ha mejorado el FC Barcelona con la llegada de los nuevos fichajes, sin lugar a dudas, es el potencial físico. Paulinho, Semedo, Deulofeu y Dembélé son cuatro auténticos pulmones que nunca dejan de correr, y que tienen la capacidad suficiente como para cruzarse el campo de área a área en pocos segundos sin que la fatiga les haga mella a corto plazo.

En el caso de Paulinho, en particular, con él en el equipo el Barça ha mejorado el juego aéreo. El centrocampista brasileño ya marcó un gol de cabeza contra el SD Eibar esta semana, y estuvo a punto de volver a marcar otro este pasado sábado contra el Girona.

En esta ocasión el cabezazo se marchó ligeramente desviado, pero la realidad es que, con Paulinho en el campo, el Barcelona gana mucha fuerza y potencial en las jugadas a balón parado, dado que las defensas rivales ya no tienen que centrarse tan sólo en jugadores como Gerard Piqué y Samuel Umtiti a la hora de defender.

Entre los clubes de élite por los que ha pasado y su trayectoria en la selección de Brasil, Paulinho ha sido capaz de transformar ya un total de 18 goles de cabeza, lo que deja claro que es un auténtico especialista en lo que se refiere al juego aéreo.

Paulinho, con el gol en la cabeza

Además, tiene libertad para incorporarse al ataque cuando quiera. Más allá de las consignas a nivel defensivo trasladadas por el cuerpo técnico de Ernesto Valverde, el técnico azulgrana le ha dado libertad de movimientos en ataque para reforzar la llegada desde la segunda línea.

Con el paso de los partidos, se espera que Paulinho continúe marcando goles y dejando claro al mundo que no fue un error pagar 40 millones de euros por sus servicios. De momento, el jugador está mejorando las expectativas depositadas inicialmente en su rendimiento.