Pasan los días, las semanas, los meses... y el nombre de Matthijs de Ligt sigue siendo el que ocupa la mayor parte del protagonismo en la prensa barcelonista. Su futuro sigue dando tumbos, el jugador no ha aclarado dónde jugará la próxima temporada y, a día de hoy, sus opciones podrían haberse reducido a dos: el club azulgrana y el Paris Saint-Germain.

Curiosamente, esta distinción es parecida a la que su compatriota y amigo Frenkie de Jong tuvo hace unos meses, cuando estaba a punto de firmar por el conjunto francés pero que finalmente terminó con el centrocampista posando junto a Josep Maria Bartomeu con la camiseta del FC Barcelona. Con De Ligt puede acabar ocurriendo lo mismo, aunque al revés.

Naturalmente, la decisión de Matthijs de Ligt puede tener efectos colaterales tanto en el equipo azulgrana como en el parisino. Si De Ligt llega al Camp Nou, posiblemente Jean-Clair Todibo saldría cedido porque no tendría sitio en la plantilla que manejará Ernesto Valverde la próxima temporada.

No obstante, en el Paris Saint-Germain el damnificado sería un jugador mucho más contrastado y con mucho más recorrido: Thiago Silva. Según las informaciones publicadas por Le Parisien, la llegada de De Ligt a la capital francesa podría suponer el adiós del brasileño que, desde hace varias temporadas, es el capitán del equipo.

De este modo, Thiago Silva estaría muy pendiente de la decisión de De Ligt. En todo ello hay algo curioso: hace años, el defensa brasileño rechazó al FC Barcelona y para jugar en el Paris Saint-Germain y ahora, si el holandés toma esa misma decisión, él mismo será el que tendrá que hacer las maletas para ir a jugar a otro sitio.

De Ligt: dinero o proyecto

Matthijs de Ligt tendrá que decidirse en pocas semanas. El Paris Saint-Germain le ofrece muchas más facilidades económicas, con un suculento contrato y las expectativas de Mino Raiola en cuanto a comisiones de traspaso totalmente colmadas. En el FC Barcelona, jugaría en un equipo de mucha más tradición, con un proyecto deportivo ilusionante, al lado de su amigo De Jong y en el sitio donde Cruyff forjó su leyenda.