El PSG sigue intentando ascender en su carrera por ser uno de los grandes de Europa, y para ello ha vuelto a retocar una plantilla preparada para luchar por los títulos. El conjunto francés ha sufrido recientemente varios contratiempos en el centro del campo, y la respuesta ha llegado en forma de incorporación en el mercado invernal. Thomas Tuchel ya tiene el refuerzo que pedía.

El preparador alemán había admitido en las últimas semanas estar desesperado porque la medular se descosía por momentos. Thiago Motta colgó las botas hace unos meses y dejó un vacío tremendo en el equipo, uno que los siguientes movimientos iban a ampliar. El germano se vio obligado a improvisar porque sólo tenía a Marco Verratti -ahora también lesionado- como pivote puro, ya que Lassana Diarra estaba lesionado y Adrien Rabiot apartado por su negativa a renovar.

Precisamente, los incidentes con el canterano hicieron saltar las alarmas, y precipitaron la búsqueda de un relevo inmediato que también se confirmara como opción de futuro. Sonaron con fuera nombres como Julian Weigl, Idrissa Gueye o Allan, y también se hizo un esfuerzo mayúsculo por Frenkie de Jong, pero todos fueron cayendo y los 'bleus' tuvieron que reaccionar.

Ahora, ya hay más calma en el Parque de los Príncipes, tras la confirmación del fichaje de Leandro Paredes. El argentino, de 24 años, se crió en la cantera de Boca Juniors, y acumula experiencia en el viejo continente tras pasar por Chievo, Roma y Empoli. Llega procedente del Zenit de San Petersburgo, en el que desembarcó en 2017.

Pese a que, según los medios del país, el PSG manejaba un presupuesto de alrededor de 30 millones de euros para evitar más problemas con el 'Fair Play Financiero' de la UEFA, varias informaciones apuntan a que se ha tenido que rascar el bolsillo para asegurar la llegada del joven, cuyo traspaso se habría cifrado en 47 millones de euros. Los clubes no han dado detalles de los números que corresponden a la operación.

El futuro de Adrien Rabiot sigue envuelto en dudas

Aunque Paredes llega para ser su sustituto a largo plazo, Tuchel no ha abandonado su intención de contar con Rabiot hasta el final de la temporada, ya que pidió dos jugadores y sólo se ha acabado cerrando a uno. El técnico insiste a la directiva para que levante el 'castigo' a un crack al que mantiene apartado de la actividad del primer equipo, porque sabe que se marchará libre en junio a pesar de que no haya dado pistas sobre su próximo destino.