Hace ya algunos años que el Paris Saint-Germain se propuso convertirse en un grande de Europa a base de talonario, y ahora que ha consolidado al club en la élite, pretende continuar con su escalada en la Champions. Su proyecto ha chocado en alguna ocasión con algunos de los referentes del viejo continente, y ahora podría iniciar una guerra con otro equipo de LaLiga.

Con el FC Barcelona intentando limar asperezas para trabajarse algunos objetivos en el Parque de los Príncipes, el 'enemigo' sería el Real Madrid, que hace meses lo fue sobre el césped y ahora habría pasado a los despachos. El interés de los blancos en convencer a algunas de las joyas de los 'bleus' no es nuevo, pero empieza a pasar de los límites y a calentar demasiado a Nasser Al-Khelaïfi.

El presidente se ha cansado de los rumores que rodean a Neymar y a Kylian Mbappé, deseados por Florentino Pérez y estrellas absolutas de los galos, que han asegurado por activa y por pasiva que su futuro pasa por la Ligue 1. El dirigente 'merengue' ya tuvo algunos líos con sus cambios en el banquillo, y ahora los parisinos no quieren participar en su revolución 'galáctica'.

Con la marcha de Cristiano Ronaldo y las dudas de varios futbolistas más, abundan las quinielas sobre qué cracks se mudarán al Santiago Bernabéu, y el PSG no quiere que se 'toque' a los suyos. La estrategia para sumar títulos se basa en reforzar la plantilla y no debilitarla bajo ningún concepto, por lo que las puertas de salida están cerradas pase lo que pase con la investigación de la UEFA.

La guerra PSG-Barça, precedente peligroso para el Madrid

De momento, el Real Madrid ya sabe cómo se las gasta el PSG, que le devolvió todos los roces al Barça con una auténtica puñalada con NeymarNi Thiago Silva, ni Marquinhos, ni Marco Verratti, ni Ángel Di María han acabado vestidos de azulgrana, pero en cambio el delantero de Sao Paulo sí recorrió el camino contrario. La venganza fue a lo grande.

Igualmente, Florentino cuenta con ventaja en este sentido, porque siempre blinda a sus estrellas con cláusulas inalcanzables. Los 222 millones de euros que un día lo parecieron por el brasileño se quedan en nada en la capital, con 400 e incluso 1.000 'kilos' para cerrar la puerta a algunas de las más destacadas.