FC Barcelona y Olympique de Lyon empezaron este martes su disputa por un puesto en cuartos de final de la Champions, y el primer asalto lo dejaron en tablas. Ni catalanes ni franceses encontraron las redes en un enfrentamiento que estuvo marcado por las bajas, y en el que los locales se quedaron muy cerca de tener que lamentar otra ausencia de muchísimo nivel.

En el Parc Olympique Lyonnais no fueron pocos los que se echaron las manos a la cabeza cuando vieron a Ferland Mendy tendido sobre el césped durante el calentamiento. El lateral sufrió un choque con su compañero Marcelo en uno de los ejercicios y se lastimó el tobillo izquierdo, lo que en un primer momento puso en duda su participación frente al conjunto azulgrana.

Finalmente, el de Meulan-en-Yvelines se repuso y se mantuvo en el once inicial, pero a lo largo del encuentro se comprobó que no estaba al 100%. El carrilero tuvo especial cuidado con la zona afectada en algunas acciones, y varios golpes con los futbolistas culés dieron paso a instantes de visible malestar, una cojera que se repetía y un rostro que era todo un poema.

A pesar de todo, el galo estuvo a un nivel altísimo y disputó los 90 minutos, percutiendo primero por su banda en los minutos de agobio del OL y replegando después junto a sus compañeros para tratar de repeler las embestidas barcelonistas. Bruno Génésio confirmó que había sido duda durante unos minutos, pero que su recuperación exprés y su voluntad de jugar marcaron la diferencia.

El Barça tomó nota de sus interese en el Olympique de Lyon

Mientras los cracks se encargaban de jugar, en la grada del estadio había trabajo para la secretaría técnica del Barça, que tiene en su agenda a varios futbolistas del Lyon. Uno de ellos es, precisamente, Mendy, del que se tomó buena nota porque podría encajar en la plantilla para cubrir a Jordi Alba mientras Juan Miranda completa su formación sin presiones.

Además, también brillaron otros jóvenes seguidos por los culés, como los centrocampistas Tanguy Ndombèlé y Houssem Aouar. El primero también llegaba al compromiso tras una lesión y dio una lección de saber hacer en la sala de máquinas, y el segundo demostró que pese a su exceso de riesgo en la salida de balón es una promesa de muchos quilates.