Han pasado unos meses desde su llegada, y tras las dudas con su incorporación y las certezas que dejó su rendimiento, Paulinho ha vuelto por el camino que un día recorrió, saliendo esta vez del FC Barcelona para aterrizar en el Guangzhou Evergrande. Su marcha ha sido una operación tan redonda que nadie ha hecho demasiadas preguntas, pero hay algunas incógnitas que todavía están por resolver.

Según el diario 'Sport', hay un motivo enterrado en el retorno del brasileño a China, y sería su progresiva pérdida de protagonismo ha generado cierta inquietud al de Sao Paulo. Su temporada en la Ciudad Condal ha ido de más a menos, y tras la llegada de Philippe Coutinho ya empezaron a bajar sus minutos en el once, algo que no le gustó tras haber apostado todo al conjunto azulgrana hace unos meses.

Ahora, con las nuevas incorporaciones y la apuesta por la juventud en la medular corría el riesgo de jugar aún menos, por lo que los orientales se habrían convertido en una gran oportunidad. Sabiendo que su familia se adaptó muy bien a la vida en el país y que también estaba muy tranquila en Barcelona, tomaron más peso el resto de cuestiones, y en ese caso, había poco lugar para las comparaciones.

El Guangzhou significa un sueldo para vivir con tranquilidad el resto de su vida y la garantía de ser referencia, ídolo y estrella, algo que en el Camp Nou podría recuperar a través de los títulos y la fama pero a costa de ser un actor secundario en la función. El paulista habría preferido ser cabeza de ratón y no cola de léon, lo que habría precipitado el acuerdo por la vía rápida.

La sospecha de Paulinho por el Mundial

Aunque hay muy pocos culés que tengan un mal recuerdo de Paulinho, lo cierto es que hay otra versión que está circulando respecto a su partida. Precisamente, el centrocampista se la habría jugado a la inversa de lo que intentó Javier Mascherano, con el objetivo, aunque con riesgos, de llegar en plena forma al Mundial.

Algunos afirman que el Barça ha sido su forma de garantizarse la presencia en la convocatoria de Brasil, algo que parece demasiado complicado para ser real. Volviendo de nuevo a Europa, sabía que tendría más visibilidad, pero ponía en juego su llamada si no hubiera calado en una escuadra tan exigente como la catalana. Finalmente fue capaz de hacerse un sitio, pero de no haberlo hecho habría enterrado sus opciones, que igualmente mantenía desde China.