Gareth Bale llegó al Real Madrid en 2013 como un fichaje 'galáctico', pero hoy es un problema de gran magnitud en el Santiago Bernabéu. Florentino Pérez pagó 101 millones de euros para hacerse con una estrella emergente a la que consideraba el sucesor a largo plazo de Cristiano Ronaldo, pero el crack ha estado muy lejos del rendimiento que le llevó a convertirse en el mejor futbolista de la Premier.

En España, la trayectoria del galés se resume en dos términos: Lesiones e irregularidad. Una lista interminable de problemas físicos han impedido que pudiera mostrar su mejor versión, pero incluso cuando ha estado sano y ha tenido continuidad, lo cierto es que no ha sido para tanto. A una evidente falta de adaptación no le ha acompañado la mentalidad, que muchos critican que no es de un profesional por su desinterés y su falta de cohesión con el vestuario.

Zinedine Zidane ya advirtió hace un año que quería fuera al de Cardiff, pero al galo no le hicieron caso y optó por salir corriendo del banquillo. El marsellés reclamó al presidente la continuidad de Cristiano y el adiós de Bale, y como este hizo lo contrario -entre otros errores de planificación-, se apartó hasta que Julen Lopetegui y Santiago Solari demostraron que tenía razón y pudo regresar con algo más de poder a la hora de reformar la plantilla.

Muchos obstáculos para el Madrid en la venta de Bale

Aunque no se dice en voz alta, es un secreto a voces que el Real Madrid quiere desprenderse de Gareth Bale. Ha llegado la hora de empezar un nuevo proyecto, y su salida vendría bien porque la afición ha perdido la paciencia con sus cualidades y porque podría suponer un ingreso extra para abrirse a nuevas opciones. Eso sí, no va a ser nada fácil que el extremo se mude a un destino por conocer.

Los blancos quieren colocar a su delantero por una millonada que no hay muchos dispuestos a pagar, y es que sus exigencias se han disparado en dirección opuesta a la caída en picado de su cotización. Los expertos le han tasado en 70 millones y bajando, y en Chamartín se advierte que no se le dejará escapar por menos de 100.

Para complicar la ecuación, varias fuentes deslizan que él no quiere marcharse, y sus más firmes pretendientes han perdido interés. Bale tiene contrato hasta 2022 y no quiere moverse del Bernabéu, y el Manchester United, hasta ahora su gran admirador, ha empezado a trabajar por otros objetivos. El Tottenham aceptaría su regreso pero ni de lejos por una cifra tan alta, y Chelsea o City no tienen al punta en su lista. Ya se le ha empezado a 'vender' a PSG o Bayern de Múnich, pero toca comprobar si alguno de ellos morderá el anzuelo.