El mercado de fichajes del verano 2019 está a punto de abrir sus puertas, y dará el pistoletazo de salida a la reforma de la plantilla del FC Barcelona. Los catalanes quieren seguir añadiendo juventud y calidad a su equipo para regresar con fuerza a la lucha por los títulos, después de una temporada agridulce en la que se tuvo muy cerca un triplete que se desmoronó dolorosamente en apenas un par de semanas.

Entre las prioridades de los azulgrana están los refuerzos para la delantera, y un nombre que destaca es el de Antoine Griezmann. El francés dejará el Atlético de Madrid y ha vuelto a ponerse a tiro, y sus palabras y las de los directivos 'colchoneros' hacen pensar que la Ciudad Condal será finalmente su próximo destino. En la cúpula barcelonista guardan silencio, mientras los rumores no paran de apuntar hacia el galo.

Aunque apenas queda una semana para que se confirme -o no- su llegada, los medios insisten en que el vestuario tiene dudas. El 1 de julio su cláusula bajará de 200 a 120 millones de euros, y es de esperar que tras anunciar su adiós al Wanda Metropolitano semanas atrás, se haga efectiva la compra por parte del pretendiente que ya haya llegado a un pacto con el de Macon.

Un año después de un sonado plantón, los jugadores culés siguen decepcionados con el punta, porque cuando dieron la cara por él, se llevaron una sorprendente negativa envuelta en un juego que desesperó al Barça, al Atlético y a la propia selección 'bleu'. Leo Messi, Luis Suárez o Sergio Busquets fueron algunos de los que opinaron a favor de su contratación, y lo que les llegó fue un silencio difícil de explicar, una retirada a última hora y un documental surrealista explicando que no iba a jugar en el Camp Nou.

Pese a que las incógnitas a nivel deportivo son más fáciles de solucionar, costará reparar la confianza perdida, aunque si finalmente el campeón del mundo es uno de los elegidos, no se espera, para nada, que tenga un mal recibimiento. Primero deberá demostrar con rendimiento y goles que tiene sitio en el once, y después deberá calentar a base de carácter y corazón una frialdad que él mismo generó con su actuación.

Neymar si cuenta con la aprobación de la plantilla del Barça

Si bien es cierto que el caso Griezmann guarda varias similitudes con el de Neymar, la situación del brasileño es muy distinta, porque pese a que nadie se esperaba su fuga al PSG, nunca renegó de su pasado en el Barça y siempre ha defendido que guarda mucho cariño a sus compañeros y a esa etapa de su carrera. Hoy por hoy, parece que los dos son objetivos, y a pesar de los obstáculos que habrá que superar, el fútbol podría ser su gran oportunidad para cerrar de una vez todas las heridas.