No es un secreto para nadie que Joao Félix estuvo en la agenda del París Saint-Germain durante el comienzo del mercado de fichajes estival, coincidiendo con la llegada de un Luis Enrique que le valoraba positiva y quería contar con él para reforzar su línea de ataque. Eran conscientes de que la relación del portugués con el Atlético de Madrid no atravesaba por su mejor momento y que, si presentaban una oferta, tenían muchas opciones de hacerse con sus servicios para la 2023/2024.
Nunca llegaron a poner una oferta firme sobre la mesa y quedó en uno de las abundantes operaciones que quedan en 'nada' en cada verano. Poco después, Joao confesó que tenía el sueño de jugar en el FC Barcelona y comenzó toda la maquinaria para que pudiese vestirse de azulgrana. No fue hasta las últimas horas de la ventana de transferencias cuando el cuadro catalán llegó a un acuerdo con los rojiblancos para su traspaso en calidad de cedido y sin opción de compra.
¿Pudo haber cambiado la historia para Joao?
Sin embargo, la historia pudo haber sido muy distinta si el PSG hubiese insistido más, según parece. David Medina ha explicado que antes de que el internacional con Portugal revelara su amor por la entidad azulgrana, veía con muy buenos ojos recalar en el Parque de los Príncipes. De hecho, de acuerdo a esta información Joao quería jugar en el PSG a partir de este verano.
Asimismo, sugiere -contrario a lo que se conocía hasta ahora- que Luis Enrique no estaba muy convencido de su traspaso y que el área deportiva del club galo acabó descartándole por ese motivo. Finalmente, queda como una historia más del verano y ahora Joao está viviendo sus primeros meses con la camiseta del Barça, donde ha recuperado su mejor forma.
Futuro en el aire
A pesar de que está a gusto en la Ciudad Condal, su futuro se mantiene en el aire. El 30 dde junio vencerá su cesión y, aunque el deseo de los blaugrana es que se quede de manera permanente, la operación está muy fría. El Atlético de Madrid no tiene noticias del Barça, principalmente porque no tienen cómo presentar una oferta en condiciones, a la espera de resolver sus eternos problemas con el Fair Play financiero.