Este domingo fue día de despedidas en LaLiga, en una temporada 2017-18 que dejará atrás a algunas de las leyendas de varios conjuntos históricos. Antes de un verano con mucho movimiento, también los traspasos rondaron el césped, y hubo algunos que salieron malparados. Antoine Griezmann fue uno de los protagonistas en el último partido en casa del Atlético de Madrid.

Los rumores sobre su marcha le han afectado a lo largo del curso tanto en lo deportivo como en lo anímico, y el Wanda Metropolitano no le perdonó que siga sonando como gran refuerzo para el FC BarcelonaNi siquiera le valió al de Macon ser el héroe de la final de la Europa League, porque las alegrías de aquella noche muy pronto se oscurecieron. El fútbol tiene la memoria muy corta.

Cuando el francés salió a calentar ya pudo intuir lo que le esperaba, porque los nombres de Diego Godín y Diego Costa, que estaban junto a él, fueron coreados y el suyo no. Pero al saltar al terreno de juego llegó el momento más incómodo, porque tras sustituir a Ángel Correa le tocó soportar una sonora pitada que se mezcló a su vez con numerosos aplausos.

El equipo no estuvo nada de acuerdo con esta reacción, y muy pronto se puso manos a la obra para cambiar las sensaciones que allí se estaban viviendo: Gabi reclamó a los seguidores que animaran, Simeone también lo hizo y el propio Godín salió del banquillo para acercarse a uno de los fondos del estadio. La afición respondió a la llamada de los capitanes, pero quizá fue demasiado tarde.

Griezmann se estaría planteando quedarse

Las informaciones surgidas este lunes habrían alterado enormemente el caso Griezmann, porque según apunta el diario 'Marca', el delantero galo había comunicado a los reponsables 'colchoneros' que su intención era quedarse. Tras ser pitado por sus propios aficionados, ahora su futuro es una incógnitaLos cambios de guión todavía no están descartados.

Habrá esperar a que el protagonista hable en los próximos días para saber si se queda o se va, porque él mismo advirtió que quería llegar al Mundial con la cabeza despejada, algo que, por otra parte, también le han sugerido desde la selección francesa. La de este domingo, desde luego, no fue una despedida soñada, pero si finalmente no hay mudanza, tampoco será un trago difícil de pasar.