No hay que olvidar que, además de haber rechazado al FC Barcelona en verano de 2018, Antoine Griezmann también desoyó al conjunto azulgrana cuando empezó a despuntar como 'crack' del futuro en las filas de la Real Sociedad. Corría el año 2011 y, con Pep Guardiola todavía en el banquillo azulgrana, el de Sampedor solicitó la incorporación del joven talento galo.

"Me querían para jugar en el Barça B y que fuera entendiendo el sistema del primer equipo, pero yo ya llevaba 100 partidos en el alto nivel y decidí seguir en la Real Sociedad", dijo hace unos años Griezmann en relación al ofrecimiento culé. Su postura es fácilmente entendible, dado que el jugador tenía la intención de seguir acumulando partidos al más alto nivel competitivo, en LaLiga Santander.

No habría tenido la paciencia suficiente como para jugar en el Barça B -que se encontraba entonces en Segunda A- durante unos meses y, después, ascender a la primera plantilla culé. Sí se lo pensó más el año pasado, cuando el FC Barcelona estaba dispuesto a pagar la cláusula de 100 millones de euros para hacerse con sus servicios.

Tanto lo meditó que hizo un documental y todo, 'The Decision', en el que dio 'calabazas' al FC Barcelona y se ganó la cruz y raya de gran parte del barcelonismo. No fue un movimiento inteligente, y todavía menos si tenía la intención de fichar en un futuro por el conjunto culé. El caso es que ahora, por mero capricho del destino, 'Griezzy' vuelve a tener la oportunidad de aterrizar en el Camp Nou.

Y ya es la tercera. El FC Barcelona estaría encantado de acogerle en la plantilla a nivel deportivo, pero sabe que el futbolista llegaría con un hándicap extra muy difícil de superar. Debería volver a ganarse el cariño y respeto de la afición culé desde el minuto uno, y también el de algunos miembros del vestuario a quienes no les gustó nada su documental.

Griezmann-Barça: ¿pesará más el fichaje o el orgullo?

Un fichaje que está cuesta arriba, pero que tiene un precio cerrado de 120 millones de euros y que, a nivel deportivo, podría encajar a las mil maravillas y dinamizar un ataque en el que Leo Messi y Luis Suárez están demasiado solos. Coutinho ha estado desaparecido de combate esta temporada, mientras que Dembélé sigue lleno de intermitencias debido a las lesiones que no le dejan acabar de explotar.

Griezmann podría ser la solución, pero habrá que ver si pesa más el fichaje o el orgullo de todos los barcelonistas, directiva incluida. El silencio del futbolista se mantendrá hasta después de los partidos de selecciones de principios de junio. Una vez pasados los compromisos, descubriremos si a la tercera va la vencida, y si Griezmann pasará a vestir -o no- la camiseta azulgrana.