Era una posibilidad que se venía contemplando en las últimas semanas, pero finalmente se ha confirmado que el Inter de Milán pretende renegociar las condiciones del traspaso de Rafinha Alcántara. Los italianos quieren al brasileño y él se quiere quedar, pero el FC Barcelona no aceptará regalarlo y el comprador, en estos momentos, no puede pagar.

Si quieren cumplir con las exigencias del 'Fair Play Financiero', los 'nerazzurri' no pueden hacer locuras en este mercado estival, en el que, por otra parte, deben reforzarse bien para hacer frente a su retorno a la Champions. El problema es que tienen a varios futbolistas cedidos que se han convertido en casos por resolver, porque han gustado y se han consolidado pero no se pueden alcanzar.

Esta situación ha llevado a propuestas tan rocambolescas como las que han deslizado algunos medios, que para nada convencerían a unos azulgrana que también necesitan hacer caja. Los milaneses buscarían otro préstamo por dos años, con otra opción de compra al final para, entonces sí, afrontarla cuando su situación económica haya mejorado.

A priori, esta opción puede parecer sencilla, pero obligaría a los catalanes a renovar al centrocampista para poder incluir la opción para los interistas. Este esfuerzo, además, tendría pocas garantías y casi ningún beneficio, porque suspendería los ingresos durante dos temporadas más con la única ganancia de ahorrarse un sueldo que tampoco marca excesivas diferencias en el global.

El Barça escuchará ofertas por Rafinha

El Barça juega, hoy por hoy, con la certeza de que Rafinha se ha revalorizado durante su estancia en la Serie A, ya que las lesiones por fin le han respetado y ha encajado a la perfección en los planes de Luciano Spalletti. En parte es por eso que el brasileño y el club intentarán continuar su camino juntos, pero los culés advierten que no será a cualquier precio.

La intención es respetar de inicio los deseos del de Sao Paulo, pero si las perspectivas no son satisfactorias se escucharán ofertas para su venta. Si el Inter está decidido a rebajar los cerca de 35 millones de euros de su fichaje a la mitad, no quedará más remedio que ponerle en el mercado, por si surge algún otro pretendiente que se acerque más a sus exigencias. El panorama no está para hacerle favores a nadie. Y menos si cuestan tantos millones.