Son muchos los grandes jugadores que admiran el fútbol del FC Barcelona y simpatizan con los colores blaugranas pero pocos han confesado tantas veces, estando en la élite y en otro equipo diferente, su amor por el conjunto catalán como Riyad Mahrez. El delantero del Leicester City que de joven afirmaba que algún día acabaría fichando por el Barça siemrpe ha admirado a Leo Messi. Sin embargo, en unas simpáticas declaraciones deja claro que no lo ficharía para el Leicester City.

"Ojalá pudiéramos fichar a Messi, pero ocuparía mi sitio en el equipo", dijo en tono de broma Mahrez para el portal "Goal". El internacional francés, que el pasado curso anotó dieciocho goles y repartió diez asistencias, también tiene sus favoritos para el Balón de Oro 2016.

"Ronaldo, Messi y puede que Griezmann o Suárez", sostuvo el delantero que ya considera un auténtico premio estar en la lista de 30 nominados. Un jugador que sigue de moda y que sigue guiñándole el ojo al equipo blaugrana.

"Mahrez me dijo que jugaría algún día en el Barça"

Quien fuera entrenador de Riyad Mahrez durante la etapa en que éste jugó, con dieciocho años, en el modesto Quimper del CFA francés (cuarta categoría del fútbol en Francia, el equivalente a la Tercera española), Ronan Salaün, revelaba hace unos meses que Mahrez le dijo entonces que intentaría como fuera jugar algún día en el FC Barcelona. Ahora, a sus 24 años, Mahrez podría seguir con esa misma idea.

"Me dijo que el jugaría algún día en el Barcelona y yo le respondía que de momento lo intentara en el Quimper", recordó el ex técnico de Mahrez, quien tuvo unos inicios difíciles dado que las canteras de varios clubes franceses rechazaron su fichaje por su baja estatura, en un caso que recuerda al de Mathieu Valbuena, ahora líder del Olympique de Lyon.

Pese a las trabas, Mahrez intentó hasta el final cumplir el sueño de ser futbolista de élite en un club competitivo de una liga prestigiosa, algo que ha conseguido ahora en el Leicester (Inglaterra), donde alcanzó el hito de levantar la Premier League 2015-16. "Tenía que cerrar el estadio, o de lo contrario se quedaba ensayando voleas y disparos. Me pedía a veces que si podíamos doblar los entrenamientos", rememoró Salaün. "Era muy receptivo a las críticas, ya fueran buenas o malas".