El FC Barcelona tiene claro en qué momento de la partida se encuentra a la hora de afrontar el fichaje de Marco Verratti con el Paris Saint-Germain. Las cartas ya están repartidas y sobre la mesa, los jugadores han dicho la suya, han tirado "faroles" y es el momento de apostar, apostar ciegamente.

Eso es lo que esperan los azulgranas que haga el centrocampista italiano dentro de una semana. Los culés saben que el PSG no quiere negociar, han rechazado hacerlo hasta ahora y sólo el futbolista podría conseguir si se muestra en rebeldía.

Desde la entidad blaugrana están contentos al ver lo sucedido estos días, las reacciones de Marco a noticias falsas que hablaban de una posible renovación con los franceses muy lucrativa, y ha quedado clara su intención de salir a la Ciudad Condal. Pero ahora necesitan un último acto de fe por su parte.

Este llegará el próximo cuatro de julio, el día en el que Unai Emery ha llamado a sus muchachos para comenzar la pretemporada. Ese día Verratti no puede presentarse por las instalaciones del equipo parisino. En caso de que lo haga, el Barça arrojará la toalla por él y se lanzará a por otras opciones.

Verratti, a seguir el ejemplo de Javier Mascherano

Si tensa la cuerda y obliga al PSG a negociar, Marco Verratti acabará visitiendo la azulgrana. No hay más, es la única manera que tienen desde el club culé para que los galos se sienten a negociar con ellos.

Por ello el de Pescara debería seguir el ejemplo de Javier Mascherano en su día, forzando su salida de Liverpool para recalar en Can Barça. Aunque los ingleses no querían vender, el futbolista se plantó, hasta tal punto que se negó a viajar a un amistoso de pretemporada, provocando el enfado del entonces entrenador 'red' Roy Hodgson, que le acusó de no estar centrado ni preparado mentalmente por culpa de su fichaje. Pocos días después acababa en el Camp Nou.