La actualidad de Kylian Mbappé ha pasado a estar nuevamente por lo extradeportivo. El delantero francés, que renovó con el PSG hasta 2024, ha manifestado su firme intención de dejar el club galo lo antes posible, según ha reseñado ampliamente la prensa francesa. De hecho, 'Marca' también informó que el futbolista pidió salir el pasado mes de julio, pero la entidad fijó su salida en 400 millones de euros. 

Además de pedir una cifra básicamente imposible, el PSG también prohibió que el Real Madrid fuese su nuevo destino, por lo que únicamente quedó el Liverpool como candidato. En aquel momento el jugador empezó a sentirse traicionado por la directiva parisina, quien no mostró intenciones de vender a Neymar, ni tampoco consiguió a Zinedine Zidane para el banquillo, dos cosas que Mbappé había requerido cuando firmó en mayo. 

Ante todo esto, sumando su mala disposición para jugar por el centro del ataque del PSG, el jugador ha roto sus relaciones con el club e incluso está dispuesto a devolver su prima de renovación de 150 millones a cambio de que le dejen salir en 2023. El periodista Mario Cortegana señala que ya se ha alcanzado un punto de no retorno por considerarse que no se ha cumplido lo pactado en lo relativo los factores deportivos.

Ante esto Mbappé se siente víctima de esas falsas promesas y de las presiones políticas y busca salir para disfrutar del fútbol en un ambiente idóneo para ello, sin mirar a un dinero que devolvería si eso le liberase del equipo galo. Por todo esto ya no parece haber acuerdo posible con los dos actores principales de su renovación, Nasser Al Khelaifi y Antero Henrique. El vínculo con ambos, y por extensión con la entidad francesa, es peor que nunca.

Hay otro en desacuerdo

Un daño colateral en este problema de Mbappé es Luis Campos. El portugués ampliamente reconocido en la dirección deportiva del fútbol, y que se pronunció brevemente habló sobre el caso, acabó aterrizando en París como hombre fuerte del proyecto. Considerado el padre deportivo de Mbappé, fue el encargado de elegir al nuevo entrenador, Galtier, una figura de su máxima confianza que no convencía en otras esferas del PSG, por lo que de salir el delantero, Campos también vería su futuro con un probable cambio de aires.