Ousmane Dembélé finalmente se ha convertido en el futbolista que quería el FC Barcelona. Aunque el galo sí había tenido un par de temporadas de buen rendimiento como culé, la realidad es que solía perderse durante los partidos, o simplemente no aparecer durante dos o tres. Antes de que llegara su momento de lesiones, el galo fue valioso para el Barça, pero ahora es simplemente indispensable.

Si en verano no hubiese llegado Robert Lewandowski, el campeón del mundo en 2018 simplemente sería el mejor delantero de Xavi Hernández. Con la primera mitad de la temporada prácticamente cerrada, Dembélé ha sido, junto al polaco y a Ter Stegen, uno de los futbolistas más vitales para el nuevo proyecto azulgrana, uno que además lo quiere 'blindar' de cara al futuro.

Xavi convenció a todos, o al menos a los que necesitaba, de que el jugador podía ser una pieza diferencial ofensivamente y su trabajo, y el de su staff, está comenzando a dar muchos frutos. El club catalán tiene claro que su renovación es una operación estratégica y se pondrán manos a la obra una vez acabe el mercado de enero con calma y tranquilidad, según ha apuntado este jueves 'Sport'. 

El galo renovó el pasado verano solo por dos temporadas, por lo que en 2024 podría marcharse libre, una vez más. Ya en 2022 llegó el 1 de julio y Dembélé no tenía acuerdo con el Barça, algo que quieren evitar en el Camp Nou a toda costa. En el actual acuerdo el extremo tiene una cláusula de rescisión de 50 millones de euros, algo que refleja muy pocas ataduras a la entidad que volvió a confiar en él.

No será nada fácil

El área deportiva del club blaugrana ha mejorado relaciones con el agente del futbolista y tiene claro que Dembélé desea seguir como jugador azulgrana, según apunta la información. El Barça entiende que en febrero habrá llegado el momento para pensar en una renovación, pero desde los despachos deberán encontrar fórmulas que permitan afrontar esta operación cuando la realidad es que límite salarial impide que haya aumentos de fichas, casi sin excepción.