Los socios del FC Barcelona han ejercido su derecho al voto y han aprobado las 'palancas' económicas que la directiva propuso para sanear la economía del club. Ambas traerán los recursos necesarios para cerrar con buen pie la temporada y planificar el proyecto deportivo de Xavi Hernández de cara a la próxima campaña. Sin embargo, todo debe ir paso a paso en los siguientes días.

Con todo sobre la mesa, el primer objetivo del Barça será ingresar el dinero por la venta del 49.9% de 'BLM' y del 25% de los derechos televisivos antes del 30 de junio, con el motivo de culminar el curso con beneficios después de presentar pérdidas por 450 millones de euros. La máxima prioridad será pasar de números negativos a positivos en los siguientes 13 días, justo antes de que el mercado estival abra sus puertas.

Después, los azulgrana deben enfocarse en la 'Operación Salida' antes de pensar en las nuevas incorporaciones. Xavi le ha comunicado al primer equipo con quiénes contará en la 2022/23 y también habló cara a cara con aquellos que deberán encontrar un nuevo destino en la ventana de traspasos. Según afirma el diario 'SPORT', en el seno culé esperan que solo queden futbolistas imprescindibles en el equipo para el 31 de julio.

Si todo marcha según lo esperado, el 'fair play' será corregido y la masa salarial del equipo estará dentro de los límites que impone LaLiga, por lo que la norma 1/3 quedaría en el olvido. Aquí es cuando formalmente el club empezará a cerrar todos los acuerdos que tiene con sus futuribles, siendo Andreas Christensen, Franck Kessié, Robert Lewandowski, Rúben Neves, Jules Koundé, César Azpilicueta, Marcos Alonso y Raphinha algunos de ellos.

Un 'as' más 'bajo la manga'

El tiempo da para que la plantilla esté completa el 30 de agosto, pero todavía existe una última 'palanca' que podría generar todavía más liquidez. Las primeras dos ventas ingresarían unos 600 millones de euros y existe aún la posibilidad de que los blaugrana pongan en el mercado el 49.9% de Barça Studios cuando más les convenga. Esta fue aprobada en la última Asamblea General en octubre, por lo que es un 'as bajo la manga' de Joan Laporta en caso de 'emergencia'.