El FC Barcelona está buscando abiertamente un nuevo pivote para sustituir a Sergio Busquets para el 2023. Tras las irregulares actuaciones del capitán en partidos importantes como ante el Inter y el Real Madrid, junto a la marcha de Miralem Pjanic y Nico González, el área deportiva se ha activado para buscar un mediocentro defensivo, ya sea en invierno o en verano del próximo año. 

El mercado de enero tendrá al menos dos nuevas altas para el club azulgrana, según ha detallado su presidente, Joan Laporta. Con la idea de llegar mucho mejor a la segunda parte de la temporada, donde el Barça estará casi obligado a llegar al menos a la final de la Europa League, así como competir LaLiga con el Madrid hasta las últimas jornadas, la termine ganando o no. 

Son varios los jugadores que han sido vinculados al equipo culé, pero por impacto mediático del que más se ha hablado es de un portugués del Wolverhampton, Rúben Neves, a quien representa Jorge Mendes. El agente luso tiene muy buena relación con la actual Junta Deportiva y ha puesto al mediocampista como una posibilidad real para el club desde el 2021, aunque nunca se han intensificado las negociaciones. 

Lo raro con este caso es que en los informes internos del Barça, Neves está conceptuado como un interior con buen pase largo, un potente disparo y físico generoso, pero no como un mediocentro posicional que es lo que quiere Xavi Hernández para sustituir a Busquets. Esto es lo que probablemente ha hecho que en cada mercado se hable mucho de esta posible operación, pero quede en la nada misma. 

Sigue sin convencer

Entre los técnicos gusta más un perfil de jugador como Martín Zubimendi para esa zona del campo, aunque recientemente renovó su contrato hasta 2027 y se alejó mucho más del Camp Nou. El Barça deberá actuar rápido entre este mes de noviembre y diciembre si desea un nuevo mediocentro en enero, sobre todo con la oportunidad del Mundial en medio, algo que permitirá negociar sin partidos oficiales en medio.