La cuenta atrás para el cierre del mercado de fichajes sigue bajando, y el caso Neymar continúa sin solución. Las partes implicadas no se ponen de acuerdo y el 2 de septiembre aparece como fecha límite, ya que baja el telón de la ventana estival tanto en España como en Francia. En el Parque de los Príncipes hay muchos intereses cruzados, y la mayoría se oponen al FC Barcelona.

El traspaso del brasileño ha llegado a un punto clave, y los catalanes lo tienen difícil porque PSG y Real Madrid les juegan en contra. En los últimos días la aparición de la Juventus se había convertido en una amenaza para los dos grandes de LaLiga, pero todo apunta a que no lo será, porque los galos quieren a Paulo Dybala pero no están convencidos con las condiciones que ofrecen los italianos para quedarse al crack.

En la capital francesa siguen rechazando las propuestas barcelonistas, y por momentos da la sensación de que esto no es más que otra trampa de los 'bleus'. Cuando parece haber acercamientos en los intercambios o en las cesiones, de pronto todo se viene abajo, aunque esta vez en la Ciudad Condal saben que la oportunidad es real, porque aunque no hay obligación por la venta -ya se prepara el terreno por si el jugador continúa-, sí existe cierta necesidad de solucionar problemas internos a niveles institucional, económico y deportivo.

El inconveniente es que mientras los parisinos bloquean a los azulgrana, dan vía libre a los blancos, aunque no a toda costa. Florentino Pérez está peleando con fuerza porque sabe que está en buena posición para sacarse una espina clavada con el paulista, pero Leonardo ya ha advertido que no habrá regalos para nadie. Menos para los culés por las malas relaciones entre clubes, pero tampoco para los 'merengues', que deberán dar algo más que sus descartes si quieren acercarse a un pacto que tienen más a tiro que nunca. 

El Barça juega la partida sabiéndose con los deberes hechos y con la tranquilidad de cumplir con sus propias exigencias. Ha hecho su parte tras la petición del propio Neymar, que se ha quedado en tierra de nadie porque no quiere cerrarse puertas, y no entrará en una batalla de Clásico, porque sabe que cuenta con una buena oferta y no quiere enredarse en otra guerra con los madridistas. Se mantendrá firme porque su deseo es real, pero no va a esperar para siempre.

Malestar en el Barça porque Neymar no presiona para volver

Mientras los clubes mantienen su particular partida de ajedrez, en el Barça existe algo de malestar porque Neymar no está ayudando suficiente a facilitar el fichaje. En el Camp Nou consideran que un paso adelante del delantero apartaría al Madrid y pondría algo de presión sobre el PSG, pero el ex del Santos está en las mismas circunstancias que hace unas semanas. Si se 'moja' y no sale bien, se le habrá cerrado la puerta del Santiago Bernabéu y tendrá a la afición parisina más caliente. Desde luego, no es el mejor de los escenarios.