El FC Barcelona ha vuelto a tener dudas con los centrales en la temporada 2018-19, pero la llegada del mercado de fichajes podría resolverlas todas. Los catalanes buscaron una solución de emergencia en invierno para hacer frente a una plaga de bajas, y aunque el resultado no fue el esperado en la parcela deportiva, tampoco tendrá un impacto serio ni en la planificación ni en la economía del club.

Agobiados por los problemas físicos de Samuel Umtiti y Thomas Vermaelen, los azulgrana apostaron en enero por Jeison Murillo, que debía guardar las espaldas a los exigidos Gerard Piqué y Clément Lenglet, que lo estaban jugando todo al no tener recambio. Ernesto Valverde reclamó a otro especialista tras probar a algunos centrales del filial, a los que prefirió proteger de la exigencia que domina en el Camp Nou.

El colombiano ha pasado sin pena ni gloria por la Ciudad Condal y no ha dado la sensación de haber tenido tiempo para encajar, ya que le han faltado minutos y oportunidades para adaptarse a un equipo muy exigente por su estilo futbolístico e idea de juego. Su balance en lo que va de curso -sólo en la entidad barcelonista- es de apenas 292 minutos repartidos en cuatro encuentros, en los que acabó cumpliendo sin demasiados alardes.

Su cesión costó dos millones de euros a los culés, pero la opción de compra de 25 'kilos' se ha convertido en un imposible. Cuando llegue el mes de junio, el zaguero de Cali emprenderá de nuevo el camino hacia el Valencia, donde debido a las preferencias de Marcelino Garcia Toral, su continuidad tampoco apunta a ser demasiado sencilla.

Pese a que tiene contrato hasta 2022 y una cláusula de rescisión de 80 millones de euros, en Mestalla podrían tener buenas noticias, ya que varios clubes italianos están interesados en su incorporación. La Lazio sería en estos momentos la que llevaría la delantera en las negociaciones, ya que el central mantiene un gran cartel en la Serie A tras pasar por el Inter de Milán hace algunos años.

El puzzle de los centrales del Barça se resolverá en 2019

Después de muchas valoraciones y de varias apuestas cruzadas, el puzzle de los centrales del Barça se resolverá en 2019, en un verano en el que podría despejarse el complicado panorama del eje de la zaga. Gerard Piqué y Clément Lenglet tienen su continuidad asegurada, así como un Samuel Umtiti que debe aparcar las dudas sobre su rodilla y sobre su posible adiós. El mencionado Murillo y Thomas Vermaelen, que acaba contrato, se marcharán, y habrá que ver qué sucede con un Jean-Clair Todibo que podría quedarse o salir cedido. Además, Matthijs de Ligt es la gran apuesta de la ventana estival, con un fichaje que debe apuntalar la retaguardia para muchos años.