Hace ocho meses que el FC Barcelona hacía una de las apuestas de cara al futuro con el fichaje de Emre Demir, el centrocampista turco del Kayserispor. Con 18 años, los azulgrana vieron en él una potencial estrella, por lo que desembolsaron dos millones de euros en su traspaso con una cláusula de rescisión valorada en 400 'kilos'. En principio, la idea es incorporarle al filial y que su progresión le lleve a las órdenes de Xavi Hernández.

Los informes que manejaba la secretaría técnica desvelaban que su calidad era indudable, con buena llegada y el toque de balón digno de un '10'. Sin embargo, después de una temporada en la Superliga de Turquía, los números que llegan a las oficinas sobre su rendimiento no son nada esperanzadores. El mediocentro acumuló un total de 24' minutos de juego en cuatro compromisos en todo el campeonato, una estadística más que bochornosa.

Su equipo ocupó la decimocuarta posición en la tabla general y ha disfrutado con menos tiempo sobre el campo que Álvaro Sanz en el Barcelona, que sumó un total de 40' minutos sobre el césped y que además disputó parte del compromiso amistoso ante el 'All Stars' de la A-Ligue de Australia. De momento, la dirección deportiva está a la expectativa de que su apuesta dé frutos una vez vista la elástica culé.

Caída en picada

Demir debutó en la primera división turca a los 15 años en la campaña 2019/20. En sus dos primeros años jugó 29 partidos, unas cifras más que admirables para un futbolista que no pasaba de los 16. No obstante, su decadencia al llegar a la mayoría de edad es alarmante, y no solo se remite a nivel de clubs. Con la Sub-19 de Turquía ha sido convocado en seis oportunidades pero solo ha completado un encuentro sin registro de goles o asistencias. Queda por ver si su nivel se eleva en la Ciudad Deportiva Joan Gamper, pero los 'síntomas' no arrojan ninguna garantía.