Rastreando en el mercado de fichajes, el Paris Saint-Germain ya habría encontrado al que podría ser el relevo de Adrien Rabiot en la plantilla, de cara a esta misma temporada si la incorporación se realiza en el mercado de invierno, o de lo contrario en verano de 2019. Se trata de Abdoulaye Doucoure, centrocampista del Watford por quien el PSG ya habría ofrecido 33 millones de euros.

O al menos eso es lo que dice la prensa de Inglaterra, en concreto el 'Daily Mail', que cifra en 33 'kilos' la supuesta oferta que el Watford ya tendría encima de la mesa por Doucoure, quien por otro lado también interesaría al Everton de Marco Silva, donde militan actualmente tres ex jugadores del Barcelona como son André Gomes, Yerry Mina y Lucas Digne.

Doucoure firmó el pasado mes de agosto un nuevo contrato con el Watford para las próximas cinco temporadas, pero sus grandes actuaciones en lo que va de temporada 2018-19 le habrían colocado en el punto de mira de algunos grandes clubes de Europa, entre ellos el PSG.

Llegó a los 'hornets' en 2016, y desde entonces ya ha disputado 81 partidos con el Watford en los que ha marcado 10 goles, una cifra que no está mal teniendo en cuenta que se desempeña en la posición de mediocentro y, en teoría, no suele prodigarse mucho en ataque.

Adrien Rabiot no jugará más con el PSG

Ya es conocido por todos que Adrien Rabiot no vestirá más la camiseta del Paris Saint-Germain, por lo que Doucoure podría aterrizar durante el mercado de invierno para reforzar así al conjunto entrenado por Thomas Tuchel y cubrir la ausencia de su compatriota, que tiene todas las papeletas de firmar con la carta de libertad por el FC Barcelona, al término del presente curso.

A sus 25 años, Doucoure está explotando esta temporada en el Watford, y no es un jugador que previamente haya llamado demasiado la atención entre los grandes clubes de Europa, y por lo tanto tampoco para la selección francesa de Didier Deschamps. Si acaba fichando por el PSG, habrá que ver si la apuesta es un éxito para el cuadro de Nasser Al-Khelaifi o, por el contrario, un auténtico fracaso.