De buen seguro que a muchos aficionados del FC Barcelona el nombre de Keirrison les trae muchos recuerdos, a pesar de que nunca lo hubieran visto sobre un terreno de juego con la camiseta blaugrana. Uno de los fichajes de la época Laporta del que se desconoce su por qué, llegó a Can Barça para pasear durante varias temporadas por distintos equipos en forma de cesión.

Y es que bien sea porque no tenía el perfil necesario, no daba el tipo o simplemente no le ofrecían una oportunidad, pero el atacante brasileño siempre se presentaba en la Ciudad Condal el primer día de pretemporada y acababa haciendo las maletas poco después. Es por ello que siempre que hay una noticia sobre él, a muchos les pica la curiosidad.

Y ahora el delantero se ha propuesto empezar de cero en el fútbol de su país. Así pues, fichó recientemente por el Londrina, con el que este fin de semana jugó sus primeros 20 minutos en el empate a uno ante el Atlético-PR, en un encuentro correspondiente a los cuartos de final del campeonato paranaense. Eso sí, el futbolista no tocó ni un balón en ese tiempo que estuvo sobre el verde.

Con su nuevo equipo ha firmado un contrato hasta finales de 2017. Pero lo más curioso es que tiene una cláusula de productividad que le hará tener que coger más protagonismo en su nuevo equipo. Kerrison llegó al Londrina tras romper el contrato con su último equipo, el Coritiba, donde sólo jugo cinco partidos (dos como titular). Un nuevo empezar en esto del fútbol para un hombre que, por una cosa o por otra, nunca ha tenido mucha suerte.