La final de la Champions cerró la temporada 2018-19 en Europa, pero la discusión sobre la Superliga Europea no termina. La UEFA y la Asociación de Clubes Europeos (ECA) tratan de impulsar el nuevo formato de competiciones internacionales en el viejo continente, pero las ligas y los clubes representados están oponiendo resistencia y el debate sigue abierto. El acuerdo para esta revolución futbolística está muy lejos.

Ambos organismos pretenden mantener como fijos a 24 de los 32 equipos de la fase de grupos de la Champions, independientemente de sus resultados en los campeonatos nacionales. La liguilla cobraría protagonismo antes de las eliminatorias por el título, ya que estaría conectada con ascensos y descensos con la Europa League y beneficiaría a los conjuntos con un mayor coeficiente en los ránkings de la UEFA, aquellos que por historia tienen más recorrido al más alto nivel.

Esta decisión supondría un golpe durísimo para las ligas nacionales, ya que sus resultados perderían valor de cara a estos torneos y eso generaría un peligroso desequilibrio deportivo y económico. El mayor potencial de los campeonatos internacionales se vería reflejado en los ingresos por televisión, que se aglomerarían en torno a esta nueva propuesta y dejarían de lado a las clásicas, con el perjuicio que ello comportaría.

Siete clubes españoles advierten a la ECA sobre la nueva Champions

En lo relativo al fútbol español, siete de los nueve clubes miembros de la ECA han rechazado estos cambios, que habrían obtenido los votos a favor de FC Barcelona y Real Madrid, y en contra de Athletic Club, Atlético de Madrid, Sevilla, Real Sociedad, Valencia, Villarreal y Málaga, que han dirigido además un escrito al secretario general del mencionado organismo.

Estas siete entidades consideran que las novedades representan "una potencial gran amenaza tanto para las ligas nacionales como para la mayoría de los clubes" y que su puesta en marcha certificaría "un ataque frontal a la estabilidad de las competiciones domésticas y el equilibrio competitivo". Estas no son las únicas consideraciones que han publicado en un escrito del que se han hecho eco varios medios.

"Estamos totalmente interesados en contribuir a mejorar las competiciones europeas, tomar parte en un diálogo constructivo y alcanzar acuerdos todos los implicados, ligas nacionales, clubes y otros poderes públicos. Sin embargo, encontramos inaceptables los cambios en este proceso, que dejan muy limitado el espacio para la negociación", han manifestado.

Además, critican la falta de transparencia de UEFA y ECA, que según su punto de vista está favoreciendo a aquellos que les apoyan: "La falta de transparencia, con negociaciones dirigidas por unos pocos como representantes de los clubes europeos, nos lleva a muchos a no sentirnos más representados por el Comité Ejecutivo de la ECA. Prueba de ello es que el nuevo modelo no ha sido mostrado a ninguno de nosotros en ningún momento, sólo tenemos conocimiento de él por terceras partes".

En referencia a la peligrosa exclusividad que plantea la Superliga Europea, también ha habido una advertencia de los clubes: "Las competiciones europeas deben ser una recompensa a la excelencia, en la que los mejores equipos participen en una competición abierta a todos, basada en los principios del mérito deportivo, la solidaridad entre clubes, la justa distribución, etc. El acceso siempre debería ganarse, con las únicas excepciones que se aplican en el formato actual, a través de las competiciones domésticas".

Y finalmente, se subraya un evidente toque de atención. "Estamos en un punto cambiante en el fútbol europeo, del que deberíamos sacar ventaja en orden a mejorar la gobernanza y la dirección del fútbol europeo en general, y la ECA en particular. Si estas preocupaciones no se consideran o resuelven, debemos cuestionarnos nuestra condición de miembros de la ECA", se ha valorado, en una reclamación que también se ha producido de forma similar en otras grandes ligas como Francia e Inglaterra.