Tras varios meses de espera, el calendario se reactiva en las grandes ligas europeas, que siguen peleando con la crisis del coronavirus. Algunos países, como Bélgica, Holanda y Francia, bajaron la persiana antes de tiempo, pero Alemania ya está disputando sus partidos y España, Inglaterra e Italia reanudarán pronto sus competiciones. Pese a las buenas noticias, eso sí, esto es sólo el principio de la ansiada recuperación.

Los expertos siguen advirtiendo que como en todos los sectores, en el fútbol habrá cambios importantes, tanto en la gestión y organización de los campeonatos como, sobretodo, en la parcela económica. Mientras los clubes hace cálculos para cuadrar sus balances y no poner en peligro su futuro, se insiste en que estas primeras modificaciones son sólo la primera respuesta a las pérdidas, que serán tremendas y difíciles de calcular.

El Bayern de Múnich ha vuelto a abrir camino a los conjuntos poderosos del viejo continente, y ha anunciado una nueva rebaja salarial. Los futbolistas del primer equipo ya aceptaron que se les recortara un 20% del sueldo durante el mes de abril, pero incluso tras superar la fase de confinamiento y volver a pisar el césped habrá que ajustarse el cinturón. Los encuentros sin público son una solución temporal, pero no definitiva.

"Es muy grato que el equipo se muestre comprensivo con la situación y acepte nuevos recortes salariales hasta el final de temporada", explicó el presidente Herbert Hainer en declaraciones al diario 'Bild'. El máximo mandatario del equipo bávaro no concreto las cifras ni tampoco cuándo se ha situado en la negociación el final de curso, ya que la Bundesliga y la Champions League superarán el límite habitual del 30 de junio.

El resto de grandes estudian seguir al Bayern

En LaLiga, FC Barcelona y Real Madrid ya tomaron medidas similares durante el encierro, pero llevan tiempo estudian su ampliación. Aún no existen certezas respecto al posible regreso del público, por lo que los presupuestos bajarán entre 150 y 200 millones de euros. En estas circunstancias, no sólo hay que reducir gastos, sino apuntar hacia una masa salarial que si se descotrola podría ser peligrosa para las arcas.

Más problemas tienen otros grandes como el PSG, que ni siquiera ha alcanzado un primer acuerdo con sus estrellas. Nasser Al-Khelaïfi ya ha dado algunas advertencias y su situación es más grave al darse por finalizada la Ligue 1, pero en el Parque de los Príncipes nadie quiere dar su brazo a torcer. El pulso se mantiene y los capitanes no están mediando, ya que algunos, como Thiago Silva, acaban contrato en breve.