La historia la construyen quienes son más fuertes mental y físicamente, quienes se anticipan a los acontecimientos y se rebelan contra las estadísticas, apuestas, probabilidades y demás tecnicismos teóricos que no tengan que ver con el césped. El fútbol es un deporte y, como todo en la vida, imprevisible y lleno de sorpresas. Y el Leicester City demostró este lunes por la noche, proclamándose campeón de la Premier League 2015-16, que los milagros existen no para los que sueñan, sino para los que luchan por sus sueños.

El empate del Tottenham en el campo del Chelsea (2-2), después de que la primera parte terminara en Stamford Bridge 0-2 a favor de los de Pochettino, provocó que los "foxes" se proclamaran campeones de la Premier League de manera totalmente inesperada, dado que al principio de la temporada eran considerados como una de las "cenicientas" de la competición.

Ahora, esas cenicientas se visten de gala para celebrar el título por las calles de Leicester, dejar en cenizas las ilusiones del Tottenham y en evidencia a clubes multimillonarios como Manchester City, Manchester United, Chelsea o Arsenal, que pese a sus presupuestos no han sido capaces a lo largo de la campaña de competir el campeonato a los de Claudio Ranieri.

La ilusión, esperanza, fe y, sobre todo, sacrificio e intensidad de los jugadores del Leicester ha surtido efecto. A Riyad Mahrez, N'Golo Kanté, Jamie Vardy y compañía les lloverán ofertas este próximo verano de algunos de los clubes más prestigiosos del planeta, pero ni todo el dinero del mundo pagará, seguramente, lo que sentirán esos mismos jugadores durante estos próximos días...

El convencimiento pleno de que han hecho lo que parecía imposible. Historia pura en el fútbol mundial y primer título de Premier League en la historia del Leicester City. La próxima campaña, quién sabe si los de Ranieri jugarán contra el FC Barcelona en UEFA Champions League.