Este domingo, los espectadores del Everton-Tottenham han vivido en directo uno de los episodios más duros y tristes de lo que va de Premier League. André Gomes tuvo que ser retirado en camilla después de una durísima entrada de Heung-min Son que le hizo gritar de dolor en el césped del estadio Goodison Park.

El portugués, como no podía ser de otra manera, se marchó en camilla y dejó el partido con 0-1 favorable al Tottenham, a falta de poco más de diez minutos para el final del choque. No hay confirmación oficial todavía, pero todo indica que el ex barcelonista podría haberse roto el tobillo derecho.

La jugada, a pesar de la dureza, no podría haber sido más fortuita y André no podría haber tenido peor suerte. El luso recibió la pelota en la banda derecha, salió en condución hacia arriba y entonces llegó  Son para intentar robarle el balón desde atrás. El 'spur' fue al suelo y derribó al centrocampista con dureza, aunque no con mala intención. La caída provocó que su tobillo quedara bajo el cuerpo del delantero del Tottenham.

La cara y los gritos del dolor del portugués fueron terribles y las asistencias no tardaron en entrar. Sus compañeros le apoyaban y temían lo peor, mientras, Son, desconsolado, se echaba las manos a la cabeza por haber sido el causante de la lesión. El surcoreano fue expulsado finalmente y se fue del campo bastante tocado por lo sucedido.

André Gomes buscaba su mejor versión

Es un palo durísimo para un André Gomes que este año fichó finalmente por el Everton después de jugar cedido la temporada pasada. El mediocentro buscaba este curso recuperar el nivel que hizo que el FC Barcelona se hiciera con sus servicios cuando jugaba en el Valencia. 

En lo que iba de campaña, el luso no estaba jugando tan bien como le gustaría, pero aún así estaba dando sensación de mejora. La calidad del ex valencianista es incuestionable y por eso en Liverpool le tenían y le tienen fe. Habrá que ver cuánto tiempo está fuera de los campos y cómo vuelve cuando esté recuperado.