Nada apacible fue la noche este pasado lunes para Pep Guardiola. El Manchester City sufrió una derrota bochornosa frente a un equipo de Tercera División, el Wigan Athletic, que le eliminó de la FA Cup y propició la tercera derrota de la temporada 2017-18 para los 'citizens', apenas unos días después de que el City hubiese goleado al Basilea a domicilio en la ida de octavos de la Champions League.

Pese a que Guardiola colocó sobre el césped a varios de sus mejores jugadores, la férrea defensa del Wigan impidió que los visitantes marcaran, y también contribuyó al 1-0 final la expulsión de uno de los jugadores del City, Fabian Delph, al filo del descanso.

Precisamente cuando se llegó al ecuador del partido, Pep Guardiola y el entrenador rival, Paul Cook, mantuvieron un rifirrafe de camino al túnel de vestuarios que provocó que algunos de sus ayudantes tuviesen que separarles, aunque desde medios como 'MD' se asegura que fue Guardiola quien quiso separar a Cook de algunos de los miembros de su cuerpo técnico.

La cuestión es que parece que no todo fueron amabilidades entre los entrenadores de Wigan Athletic y Manchester City, en un partido que no fue del todo bronco pero que terminó con polémica, no sólo por la expulsión de Delph y la tángana en el túnel de vestuarios, sino también por la invasión de campo de los aficionados del Wigan al término del partido.

Agüero casi llega a las manos

Uno de los jugadores del City, el 'Kun' Agüero, llegó a estar a punto de llegar a las manos con uno de los aficionados, antes de entrar definitivamente en las duchas. Noche para el olvido, en definitiva, para Pep Guardiola y el Manchester City, quienes a pesar de jugar durante toda la segunda mitad con un jugador menos fueron capaces de mantener el 80% de la posesión para el cuadro 'citizen'. Toda una gesta... Aunque inservible.