El calendario de la Premier League no para por navidades, y este domingo dijo adiós al 2019. La competición de mayor nivel en Inglaterra se reanudará el día de año nuevo con mucho por jugarse, pero 2020 podría arrancar con el campeón prácticamente decidido. Tras conquistar la Champions League y el Mundial de Clubes, el Liverpool se ha propuesto ser profeta en su tierra después de 20 larguísimas temporadas.

El último compromiso de los 'reds' en Anfield acabó como casi siempre últimamente, es decir, con victoria. Sin apenas rotaciones tras arrollar el pasado jueves a un Leicester que se ha convertido en su principal perseguidor, los hombres de Jürgen Klopp se enfrentaban al desafiante Wolverhampton, en el que Nuno Espírito Santo sí hizo cambios tras un triunfo de prestigio del viernes ante el Manchester City.

En estas circunstancias, los de casa empezaron a mandar pronto, y aunque acorralaron a su adversario, no lograron atinar entre los tres palos. Avisaron Adam Lallana, Mohamed Salah y Georginio Wijnaldum, pero hubo que esperar al último tramo del primer tiempo para que hubiera acción real en el coliseo de Merseyside. Virgil van Dijk lanzó un pase largo, el inglés prolongó con el hombro y Sadio Mané, como una bala en el segundo palo, embocó para poner el 1-0. El VAR hizo el resto, ya que confirmó que el futbolista de Saint Albans no tocó el esférico con la mano.

No iba a ser está la última polémica antes del descanso, ya que a los 'lobos' les anularon un tanto por un fuera de juego milimétrico. Tras la diana de Pedro Neto que devolvía la igualdad al marcador llegó la decepción para los visitantes, porque los colegiados revisaron la acción y decretaron que la posición de Jonny no era válida. Incluso la tecnología sonríe al incontestable líder del campeonato, pese a las protestas de un Nuno que recibió una amonestación.

El Liverpool sufre… Pero vuelve a ganar

Después de pasar por vestuarios, Liverpool y Wolves se intercambiaron los papeles, y el asedio corrió a cargo de los foráneos. Cambios ofensivos para buscar la portería y un esfuerzo extra para mandar con la posesión, aunque con algunos problemas en la finalización porque Alisson Becker apenas tuvo que intervenir una vez, para frenar a Diogo Jota tras un poco habitual error del siempre inexpugnable Van Dijk.

Ni siquiera el último arreón fue suficiente para que los 'wanderers' pescaran algún punto, a pesar de que contuvieron a la perfección las contras de un oponente que no pudo hacer daño en ningún momento, aunque por instantes equilibró fuerzas con su insistente rival. Los 'reds' se escapan porque la defensa ya les vale para sostenerse en el alambre, y porque con un partido más, el Leicester les ve a 13 puntos y el City a 14.