Está dando que hablar en el mercado de fichajes y su poder no tiene comparación en Francia, pero este jueves, en el Parque de los Príncipes, el Guingamp ha humanizado al PSG. En su propia casa, David ha derribado a Goliath, en un enfrentamiento loco en el que los locales han dominado pero los visitantes, gracias a su fe y a tres penaltis claros, han logrado dar la vuelta a la situación. De nada ha servido el tanto de Neymar.

Y es que con solo un vistazo a la clasificación de la Ligue 1 se puede entender la magnitud del tropiezo. Los hombres de Thomas Tuchel mandan en la tabla con 13 puntos de ventaja y dos partidos menos que un Lille que es su momentáneo principal perseguidor -porque el Olympique de Lyon también tiene un partido menos y podría superarle-, pero los de Jocelyn Gourvennec son colistas y están a siete puntos de la salvación. Hay 36 puntos (y otro partido pendiente para el campeón) de diferencia entre ambos.

Pero el fútbol son once contra once y sólo entiende de quién mete más balones en la red y esos fueron, sin duda alguna los del EAG. El recital de ocasiones de los 'bleus' en el primer tiempo no tuvo premio, y eso que Kylian Mbappé estrelló un intento en la madera en el minuto 3. El campo estaba volcado hacia la portería de Karl-Johan Johnsson, pero el primero en llevarse un susto fue Alphonse Areola.

El Guingamp, cuyas esperanzas se mantenían a base de contras, sacó petróleo de una internada en el área de Ludovic Blas, que recibió un pisotón de Thomas Meunier con el árbitro a escasos metros de distancia. No iba a ser este el principio de la película, porque Marcus Thuram, hijo del mítico Lilian, pidió y falló la pena máxima, y dos minutos después quien anotó fue Neymar. El italo-francés quiso poner el balón en la escuadra y lo colocó en las nubes, mientras que el brasileño remató de cabeza un envío perfecto del lateral belga, que enmendó de forma inmediata su error anterior.

Pero cuando todo apuntaba a otro día más en la oficina de los parisinos, se montó la revolución, con dos penaltis claros más que iban a decantar la balanza. Tras consultar el VAR, el trencilla castigó el derribo de Juan Bernat a Marcus Coco, y esta vez Yeni N'Gbakoto no falló. En la última jugada del encuentro, esta vez fue Thuram quien recibió una zancadillla de Thilo Kehrer, reclamó el lanzamiento y llevó al éxtasis a los suyos. Batacazo de campeonato.

El PSG falla un título 'cantado' y sigue mirando a la Champions

De esta forma, el PSG pierde un título que había ganado en las últimas cinco ediciones, y sigue mirando a la Champions mientras sobresale en el resto de sus obligaciones. Muy mal se le tiene que dar para no conquistar el doblete de liga y Copa de Francia, aunque todos lo cambiarían por la corona europea, una obsesión que guía a este macro proyecto y que todavía está pendiente. Habrá que ver si este año es el que toca, aunque las perspectivas no son halagüeñas.