Otra vez más, los energúmenos y cerebro rapados del mundo del fútbol han vuelto a hacer de las suyas. En este caso fue durante el Cagliari-Pescara de la Serie A italiana, cuando desde la grada del estadio sardo se cargó contra el centrocampista visitante Sulley Muntari. Se le insultó y le dedicaron cánticos racistas.

Hasta tal punto fue la cosa que el propio jugador le pidió al árbitro que interrumpiera el partido. Corría el minuto 90 del duelo y el futbolista no podía más. Sin embargo, el colegiado no hizo caso al futbolista africano, que acabó abandonando el terreno de juego antes de tiempo tras ser amonestado por el mismo árbitro tras su petición.

El colmo de todo es ese, que el árbitro haya protegido a los aficionados descerebrados que desde la grada se creen con derecho a todo. Además, los antecedentes obligarán a la Federación Italiana a tomar cartas en el asunto.

El campo del Cagliari ya tiene precedentes

Pues no es la primera vez que en el estadio de Sant'Elia se escuchan esos improperios hacia futbolistas negros. De hecho, fue en un Cagliari-Inter de Milan de 2010 cuando el delantero Samuel Eto'o recibiera cánticos de este tipo. En este caso, a diferencia del de Muntari, el árbitro decidió interrumpir el encuentro hasta que cesaran.