Pese a que Boca Juniors había dominado en la primera mitad en lo que concierne al número de ocasiones de gol, aprovechando una de ellas Darío Benedetto para perforar la portería de Armani y colocar la ventaja al descanso, River Plate salió mucho más enchufado en la segunda mitad y aprovechó la calidad de sus atacantes para poner el empate en el electrónico del Santiago Bernabéu.

Lucas Pratto, tras una combinación fabulosa de Exequiel Palacios con Nacho Fernández, se quedó solo en los aledaños del área para, desde el punto de penalti, batir al portero de Boca Juniors, Andrada, y colocar de nuevo las tablas en el marcador.

River Plate mereció mucho más en la segunda mitad, dado que protagonizó las jugadas de más peligro y presionó a un Boca Juniors algo descentrado en los últimos 45 minutos, sin la misma intensidad que en el primer acto y posiblemente algo confiado tras el gol inicial de Benedetto. Los 'millonarios' lo aprovecharon para llevar el peso del partido, y con el empate se llegó a la prórroga.

Lucas Pratto empató en el minuto 68, y el conjunto local siguió acercándose al área de Andrada en el último cuarto de hora, pero sin la misma fluidez. El golazo de Lucas Pratto, celebrado por los miles de hinchas de River Plate que ocupaban el Bernabéu, puso todavía más emoción a una final ante la cuál contuvo el aliento todo el panorama futbolístico mundial.

Partido cuesta arriba para Boca Juniors

Con el 1-1 se llegó a la prórroga, que comenzaría con una nueva mala noticia para Boca Juniors: la expulsión de Wilmar Barrios con tarjeta roja. El futbolista 'xeneize' pisó a Exequiel Palacios y, ya conuna amarilla a sus espaldas, el colegiado no lo dudó a la hora de mostrarle la segunda cartulina.

El partido, entonces, se le puso todavía más cuesta arriba a Boca Juniors, que debería jugar el resto de los 30 minutos de prórroga con un jugador menos y, por supuesto, con la voluntad de aguantar hasta la tanda de penaltis para allí intentar el milagro.