Samuel Umtiti estuvo casi un año sin 'sentirse' futbolista en un partido oficial. El francés terminó su etapa en el FC Barcelona de una manera muy distinta a como la empezó, después de haber sido titular indiscutible durante sus primeras temporadas como azulgrana, aunque las lesiones terminaron por mandarlo al banquillo o a la enfermería en un ciclo que parecía no tener fin. 

A muchos les sorprendió que este verano aceptara poner rumbo a Lecce. Un equipo recién ascendido a Serie A, con unas infraestructuras lejanas a las que tuvo en el Barça, pero que parecían ofrecerle la posibilidad de cumplir con su objetivo de volver a disfrutar del fútbol. El galo fue recibido casi como un héroe, aunque no inició lo bien que él hubiese esperado.

Se sentó por primera vez en el banquillo, convocado por el técnico Marco Baroni, el 28 de agosto para el Lecce-Empoli, pero no jugó ni un minuto. Tampoco lo haría en los siguientes cinco partidos. Extraño que el técnico creyera que estaba apto para entrar en las listas pero no contara con él. Más aún después de asegurar que Umtiti iba a ser una figura clave de cara al objetivo de la permanencia. Pero todo respondía a un plan del equipo italiano. 

El jugador y el entrenador habían pactado que hasta que no vieran que estaba al 100% físicamente y apto para la competición, no entraría en acción y según ha informado 'Sport', ante el Cremonese, en el primer partido tras el parón de selecciones, estaba previsto que dispusiera de sus primeros minutos, pero circunstancias del partido no lo permitieron. Sí llegó su hora ante la Roma.

El hecho de que el técnico lo colocara de inicio en un partido de tanta exigencia fue significativo sobre la consideración que tiene de él dentro del proyecto. No solo eso, sino que acabó siendo capitán. Llevando menos de dos meses en el club. Umtiti respondió jugando un gran encuentro, más allá de la derrota por 2-1, en un campo siempre complicado como lo es el Olímpico de Roma. Su segundo encuentro llegaría esta semana ante la Fiorentina en el empate 1-1, disputando 89 minutos, otra gran noticia. 

Una situación ideal

Todo parece mostrar que dentro del Lecce nadie ha dudado ni un momento del central galo. Es una apuesta de club y una pieza angular en ese objetivo de la permanencia. La ciudad está encantada con él y espera empezar a verlo liderar al equipo y convertirse en en el gran ídolo, ingredientes que permitirán seguramente al Barça desprenderse del jugador de forma definitiva el próximo verano, sea o no para seguir en Italia.