El primer 'Boxing Day' celebrado en la Serie A de Italia ha dejado una imagen de vergüenza absoluta. El Inter-Nápoles prometía convertirse en el partido más atractivo de la jornada, pero ya antes de la disputa del encuentro se produjeron disturbios e incidentes entre las aficiones radicales de ambos equipos, que dejaron un fallecido por atropello y varios apuñalamientos.

Medios de comunicación como 'La Gazzetta dello Sport' y 'Tuttosport' coinciden en que este jueves falleció un aficionado del Inter de Milán, de 35 años, como consecuencia de una pelea con aficionados del Nápoles, antes del partido de este miércoles. Al parecer, algunos ultras 'nerazzurri' rodearon a una furgoneta de hinchas del Nápoles, de la que bajaron cuatro hombres que fueron apuñalados.

El vehículo hizo entonces un movimiento brusco para salir del lugar, y en su camino atropelló al aficionado que ha acabado falleciendo, después de haber sido intervenido quirúrgicamente. Ya durante el encuentro, los incidentes no pararon, ni mucho menos. Kalidou Koulibaly, central del Nápoles, sufrió cánticos racistas durante todo el partido por parte de los seguidores del Inter.

Carlo Ancelotti, técnico del Nápoles, llegó a pedir la suspensión del encuentro hasta en tres ocasiones, tal y como aseguró después a la prensa: "Hemos pedido tres veces que se suspendiese el partido. Koulibaly estuvo agitado y nervioso por esos cánticos y eso no fue bueno para nosotros, ni tampoco lo es para el Calcio", destacó el preparador italiano.

El futbolista terminó desquiciado por los cánticos, y acabó siendo expulsado por doble tarjeta amarilla en el minuto 81. Un cúmulo de despropósitos que llevaron al presidente de la federación italiana de fútbol, Gabriele Gravina, a suspender la jornada que se disputará este próximo fin de semana. Finalmente ha recapacitado tras haberse reunido con los dirigentes de los distintos equipos, y la jornada se jugará como estaba previsto.

Gravina condena una "situación inaceptable"

Eso sí, se prevén sanciones ejemplares. "Necesitamos una norma clara y de momento no la tenemos. El único que en este momento puede suspender un encuentro es el responsable de la seguridad del estadio. Pediré al juez deportivo sanciones ejemplares, pero es el momento de estar todos más tranquilos", ha declarado Gravina a 'Il Messaggero'.

Gravina, además, se ha mostrado decepcionado con lo ocurrido. "Necesitamos algo radical, esta jornada tenía que ser una fiesta y vi cosas inaceptables. Estoy preocupado por este clima. En San Siro vi a jugadores demasiado nerviosos y lo que ocurrió fuera es demasiado grave. Hablaremos con el Ministerio, el Comité Olímpico y decidiremos". El fútbol italiano, lleno de preocupación.