El FC Barcelona sufrió un contratiempo inesperado justo antes de que diera comienzo el partido de este sábado frente al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. Y es que el guardameta titular y uno de los grandes pilares del conjunto azulgrana, Marc-André ter Stegen, se hizo daño en un dedo durante el calentamiento y se retiró al vestuario, haciendo saltar todas las alarmas.

Por fortuna para los intereses de Ronald Koeman, el cancerbero germano pudo saltar finalmente al terreno de juego para disputar de inicio el partido contra el Sevilla, sin llevar además ningún tipo de vendaje en la mano. Todo, según parece, se quedó en un susto después de ver los gestos de dolor del futbolista durante los instantes previos al choque.

Al parecer Ter Stegen se había doblado el pulgar de la mano derecha en uno de los ejercicios con balón en el entrenamiento, cosa que le había ocasionado un intenso dolor que provocó que tuviese que ser atendido por los servicios médicos en el vestuario culé.

Al final, el balón se puso en movimiento a las 16.15 horas (hora española) en el Sánchez Pizjuán, y lo hizo con la presencia del arquero alemán en el césped, ya sin gestos de dolor aunque seguramente con alguna ligera molestia en la zona afectada.

El Barça se presentó con cuatro bajas por lesión

El FC Barcelona, recordemos, se había presentado en Sevilla con las bajas por lesión de Coutinho, Ansu Fati, Sergi Roberto y Miralem Pjanic. En el banquillo, eso sí, disponía de alternativas para cubrir la hipotética ausencia de Ter Stegen, al contar con Neto Murara y el portero del filial, Iñaki Peña.

Ambos cancerberos calentaron ligeramente al conocerse la dolencia inesperada del germano, aunque finalmente no hizo falta la participación de ninguno de ellos en el partido. El partido empezó y el Sevilla dominó el esférico durante los primeros minutos, con un Barça bien replegado atrás y con un nuevo sistema, el 3-5-2 que ya había utilizado Koeman en alguna ocasión. El objetivo era claro: no recibir goles en contra.