Esta acostumbrado a ganar mucho y a jugar mucho, y después de una larga y exitosa carrera, el problema de Arturo Vidal es que en el FC Barcelona sólo se está dando la primera condición. Su fase de adaptación está siendo más larga de lo esperado y al chileno no le gusta estar sentado en el banquillo, algo que recientemente provocó un malentendido por sus manifestaciones públicas de enfado. Tras un ligero toque de atención y algunas conversaciones de puertas hacia adentro, el crack ha cambiado el chip.

El de Santiago reapareció este miércoles en Champions después de dos partidos inédito, y es que pese a estar en la convocatoria, no tuvo participación ni en Mestalla frente al Valencia ni en el Camp Nou frente al Sevilla. Todo cambió con la llegada del Inter de Milán, en la que salió en el minuto 78 en sustitución de Arthur y dispuso de alrededor de un cuarto de hora.

Pese a la evidente advertencia del club, el centrocampista ha respondido como toca, y es centrándose en el fútbol y siendo más constructivo en sus comentarios. De nuevo hubo publicación en la redes sociales tras el encuentro, pero esta vez se limitó a compartir varias fotografías de celebración y a acompañarlas con iconos y mensajes de ánimo: "¡¡Excelente triunfo equipo!!".

La anécdota sucedió cuando se anunció su cambio, y es que la afición culé empezó a silbar. Ha habido debate sobre a quién iban dirigidos los reproches, ya que Ernesto Valverde los asumió por la necesidad de dar descanso a sus titulares y, en el caso en el que fueran para el sudamericano, ni se inmutó, porque salió a comerse el mundo y estuvo bastante acertado en la mayoría de sus intervenciones.

Dembélé debe tomar ejemplo de Arturo Vidal

El caso de Arturo Vidal es opuesto al de Ousmane Dembélé, porque mientras uno se manifiesta con carácter, el otro guarda silencio. Está claro, de todas formas, que el francés está de bajón porque no le salen las cosas, y su falta de actitud le ha valido más de un reproche dentro del vestuario y también de parte de la grada, que no tolera lo que en ocasiones parece una desagradable desgana.

En este caso, el galo puede tomar ejemplo de su compañero, que reacciona con esfuerzo y garra a las adversidades que se está encontrando. En el Barça el camino nunca es fácil, pero para superar los obstáculos es necesario darlo todo y no quedarse atrás. Estaría bien que el de Vernon fuera algo más caliente y no se llevara dejar. El equipo también le necesita.