El FC Barcelona tiene varios nombres marcados en rojo en su agenda, y uno de ellos es el de Ivan Rakitic. El de Möhlin aterrizó en el Camp Nou en 2014 y su rendimiento ha sido ejemplar, pero el final de su aventura en la Ciudad Condal se está empañando más de lo necesario. Las últimas tensiones entre el jugador y el club han provocado que por el camino se haya desperdiciado mucho fútbol y un buen puñado de millones.

La temporada 2019-20 apunta a ser la última del croata como culé, ya que es la última en la que se le puede sacar rendimiento a su venta. Hace poco que cumplió 32 años y todavía muestra un alto nivel, aunque su decadencia ha sido evidente desde hace unos meses. Las cuestiones anímicas y la intranquilidad han afectado a una estrella que no hace tanto era un seguro para todos sus entrenadores en la sala de máquinas.

Los rumores advierten que el crack se molestó por alguna promesa sin cumplir, en una renovación que primero se aplazó y finalmente acabó por no llegar. Su contrato expira en 2021 y su extensión fue frenada desde el principio, porque los responsables deportivos ya contaban con el rejuvenecimiento de la plantilla como prioridad y se argumentó que, por la exigida masa salarial, su aumento de salario no se podía asumir.

Tras un breve tira y afloja, el ex del Sevilla confirmó que igualmente estaba convencido para continuar, aunque entonces empezaron los problemas. En un tiempo récord pasó de ser un fijo en el once a la lista de transferibles, y el lío del verano 2019 le golpeó. A última hora, y con demasiadas urgencias, hubo negociaciones para su traspaso, pero no llegó el acuerdo ni con Juventus ni con Inter de Milán y siguió en el vestuario.

El inicio de la campaña demostró que el centrocampista es humano, y exhibió su peor nivel en años. Con Ernesto Valverde se convirtió en un habitual del banquillo, y sus pobres actuaciones los justificaban. Las lesiones y sanciones le devolvieron los minutos y la llegada de Quique Setién le permitió tomar aire, pero a pesar de haber recuperado protagonismo, no se ha recuperado a un todoterreno que maravillaba a los fans.

El Barça ha contribuido en la devaluación de Rakitic

Las dudas del Barça y su negativa a decantarse han provocado un problema añadido en la plantilla, y es que Rakitic se ha devaluado irremediablemente. Costaba asumir la salida del que había sido un pilar en la medular, pero para bien o para mal, la elección debería haber sido mucho más temprana. Hace algo más de un año se habló de una propuesta del PSG que rondaba los 80 millones de euros, el verano pasado se le tasaba en 60 y la Juventus ofrecía 42 en enero 2020. Ahora, con el Sevilla como principal aspirante, el listón ha bajado hasta los 20 'kilos'.