Aunque el primer equipo tiene días libres debido a los compromisos internacionales, la actividad no frena en el FC Barcelona B, que este sábado se enfrentaba a la octava jornada de su grupo de Segunda División B. Los catalanes volvieron a demostrar que han dejado de lado las dudas que les acompañaban al inicio de la temporada, y han puesto de manifiesto que Ernesto Valverde tiene algunas decisiones que tomar respecto a los canteranos.

En concreto, Carles Aleñá sigue llamando a la puerta del Txingurri después de varios meses lesionado, y no se cansa de demostrarlo con el filial. El de Mataró advirtió que no quiere pasar demasiado tiempo en una liga que le supone un paso atrás, pero se está relanzando, y de que manera, a base de disfrutar sobre el terreno de juego.

Tras acumular minutos para volver a coger tono físico, ha demostrado de nuevo que la categoría se le queda pequeña con un doblete frente al Ontinyent, en un partido disputado en El Clariano en el que ha habido ocasiones para ambos aspirantes, pero en el que los azulgrana han demostrado ser más efectivos y tener mejores argumentos para quedarse con los tres puntos. 

El tanto de Rafa Mujica en el minuto 10 ha allanado el camino de los culés, que pese a la resistencia de los valencianos han sentenciado en el minuto 65 con un penalti convertido por Aleñá. Cuando ya se acercaba el pitido final, en el 90, el centrocampista ha repetido con un disparo ajustado desde fuera del área, tras hacerse con un balón suelto en la frontal.

¿Cambio de planes en el Barça con Riqui Puig?

Más allá de la exhibición de Aleñá, ha llamado la atención el cambio de planes con Riqui Puig, que ha sido suplente y ha disputado los últimos 20 minutos del encuentro. Habrá que ver en las próximas semanas si esto ha sido un ajuste táctico sin más o si Francisco Javier García Pimienta busca proteger a una de sus estrellas, que ha tenido algunas dudas en las últimas semanas por sus problemas físicos.

Más allá de trabajar en su formación, los técnicos podrían rebajar el riesgo de lesión dosificándole en los compromisos a domicilio, en los que el de Matadepera ha venido recibiendo algunas entradas a destiempo. Para evitar un posible disgusto, esta podría ser una medida eficiente en estadios en los que los adversarios salgan a morder.