De buen seguro que Dani Alves tiene lo mismo de locura que de buen corazón. Tantos gestos y detalles nos ha dejado el brasileño en su carrera como jugador del FC Barcelona que son difícilmente contables. Y es que el brasileño siempre está dispuesto a regalarle a cualquier persona una sonrisa y nunca ha tenido problema alguno ni ha puesto mala cara a la hora de sacarse una foto o firmar un autógrafo.

Pero en esta ocasión el carrilero diestro se ha superado, y con creces. Todo ocurrió en los prolegómenos del partido que enfrentaba al FC Barcelona con el RCD Espanyol. El defensor acababa de calentar y junto a sus compañeros se iba del estadio rumbo a los vestuarios. Sin embargo, se percató de una situación en el banquillo.

Allí estaba su pareja, Joana Sanz, la de Sergio Busquets, Elena Galera, y su hijo Enzo. Y junto a ellos esperaba paciente un joven aficionado llamado Carlos, invidente y con movilidad reducida. Alves se acercó a saludar y realizó uno de los gestos más bellos vistos sobre el verde.

Cogió al joven Carlos en el regazo y se lo llevó corriendo al centro del campo para poder fotografiarse junto a él. Tras tomar varias instantáneas, Dani volvió a hacer el mismo camino invertido con el aficionado a cuestas. Ni los familiares del joven ni del resto de jugadores del Barça daban crédito de lo que acababa de hacer el bueno de Alves. Todo corazón y todo locura, cómo no se le va a querer en Can Barça.