Después de varias jornadas de dudas arriba, el FC Barcelona volvió a llevarse una alegría. Leo Messi no jugó porque sigue primando la precaución, Philippe Coutinho trata de recuperar su mejor estado de forma y Luis Suárez busca el gol que le falta en Europa, pero Ousmane Dembélé mejoró en sensaciones y Malcom encontró su gran momento en la Champions. El duelo contra el Inter de Milán, sin embargo, dio lugar a una dinámica que los culés prefieren evitar.

Aunque fuera cosa de unos minutos, el brasileño fue el gran triunfador de la noche, y muchos aprovecharon su éxito para comparar su actuación con la del francés. El gol, evidentemente, justificó una sustitución que eleva al de Sao Paulo y deja algo por debajo al de Vernon, algo que queda incluso más resaltado estudiando todas sus estadística en el partido.

En poco más de 10 minutos, el ex del Girondins de Burdeos logró el mencionado tanto, tres recuperaciones de balón, siete pases buenos y apenas una pérdida de la posesión, algo que contrasta con el rendimiento de su compañero. En aspectos clave, como el esfuerzo defensivo que reclama Ernesto Valverde, el galo estuvo por detrás -colaboró con dos recuperaciones- pese a disponer de más tiempo.

Así, no son pocos los que han establecido que cuando uno sube, el otro baja, y que será eso lo que dictará sus posibilidades en el once. El destino de uno de ellos es imponerse al otro y 'robar' su sitio en la alineación titular, en una carrera que tiene como meta el éxito a largo plazo en el Barça.

El Barça apoya a Dembélé y Malcom

Aunque esta valoración tiene parte de verdad, el Barça ha advertido que el apoyo siempre será para los dos, que ahora pelean por un sitio pero podrían incluso jugar a la vez. Ambos tienen 21 años y son dos grandes apuestas de futuro, en el que podrían tirar del carro y establecerse como los líderes de la ofensiva azulgrana.

Lejos de ser enemigos y de enfrentarse cada semana, la intención es que reinen la naturalidad y la competencia sana con el objetivo de beneficiar al equipo. En su momento, ya se habló de que estrellas como Messi, Neymar y Suárez no podían convivir en un mismo vestuario, y acabaron formando uno de los mejores tridentes de la historia. La calidad nunca está de más.