Hace algunos días que el FC Barcelona reunió a todos los miembros del primer equipo después de un verano marcado por el Mundial, las vacaciones y la gira americana, pero no todo el grupo estaba completo. Además de las gestiones de los descartados en el mercado, varios futbolistas entrenan al margen, aunque las perspectivas sobre sus respectivas lesiones son bastante optimistas.

Carles Aleñá y Denis Suárez sigue apartados de sus compañeros, pero sus sensaciones mejoran y ya trabajan sobre el césped. Ambos han sido víctimas de los problemas con el bíceps femoral que han afectado a la plantilla, en el caso del catalán en el muslo derecho y en el del gallego en el izquierdo.

El de Mataró tuvo que encajar un golpe duro hace algunos meses cuando supo que la rotura muscular le dejaría fuera de la pretemporada, pero ahora encara la recta final de su recuperación. Se ha machacado en el gimnasio y se ha esforzado para recortar plazos, y aunque los médicos tendrán mucho cuidado con su reincorporación -para evitar recaídas como la de Ousmane Dembélé-, no le queda mucho de baja. Se le espera a finales de mes, y probablemente a inicios de septiembre podría empezar a asomar la cabeza. Eso sí, debe coger ritmo.

En cuanto al de Salceda de Caselas, su situación tampoco es cómoda, porque aunque apenas serán una semanas en el dique seco, han sido unos días muy importantes en la preparación del próximo curso. La competencia es máxima y el ex del Manchester City pretendía convencer a Ernesto Valverde, algo que ha tenido que posponer hasta estar al máximo. En breve podría llegar su oportunidad.

André Gomes fichó lesionado por el Everton

Otro caso que se ha borrado de la agenda es el de André Gomes, también aquejado de problemas en el bíceps femoral aunque con una lesión no especificada. El Barça no quería complicarse la salida del centrocampista portugués y simplemente aclaró que el tiempo de baja lo dictaría su evolución, ya que su percance se valoró como menos grave de lo previsto en las primeras impresiones.

Así, finalmente el de Grijó se marchó al Everton lesionado, con una cesión en la que primero deberá ponerse a punto físicamente. Tras hablarse en primer lugar de dos meses parado, el diagnóstico podría reducirse y limitarse a algunas semanas menos. La aventura del luso en la Premier empezará con algunos obstáculos.