El redactor jefe de deportes del "Telegraph", Paul Hayward, recibió el pasado martes un emotivo regalo de parte de Leo Messi, quien previamente había leído una columna que el mismo Hayward le dedicó hace unos meses, justo después de que el "10" diera un recital en semifinales de la UEFA Champions League 2014-15 contra el Bayern Múnich en el Camp Nou, dejando sentado a Jerome Boateng en uno de los goles.

Hayward tituló aquel artículo de la siguiente manera: "Cómo la genialidad de Dan Carter y de Leo Messi me dieron esperanza para combatir el cáncer", mostrándose maravillado por el "crack" del rugby de Nueva Zelanda y, sobre todo, por el golazo que endosó Messi a Manuel Neuer, "elevando el balón por encima de uno de los hombres más grandes e intimidadores del mundo del fútbol".

"Noté cómo yo me elevaba de mi silla, y la enfermedad se desprendía de mí", relató Hayward en noviembre de 2015. "Ese momento permanecerá en mi memoria, porque hizo que el mundo se sintiera otra vez lleno de posibilidades. Pensar que los filósofos han buscado verdades humanas edificantes en las áreas más complejas y aquí una 'picada' de la bota de Lionel Messi iluminó al mundo entero...", apuntó.

En este sentido, Hayward no esperaba que su columna fuera a ser leída por la familia de Leo Messi, que informó al jugador. "Ningún periodista sensato piensa que una mega-estrella leerá una columna suya aunque hable de vida y muerte. Así que cuando me llegaron voces de que la familia Messi tenía conocimiento de mi artículo, pero pensé que con eso acabaría la cosa".

"El texto hablaba de cáncer y de cómo el deporte nos puede mantener conectado a la vida incluso cuando el tratamiento nos empuja hacia la oscuridad. Fue gratificante recibir ese mensaje acerca de la familia Messi, pero no había razón alguna para pensar que habría algo más", explica, revelando el regalo que le llegó pocos meses después.

"Unos meses más tarde me entregaron algo muy especial en un lugar de encuentro improvisado. Fue una camiseta del Barcelona con un mensaje personalizado de Messi junto con una carta de ánimos. La ética profesional dicta que los reporteros no deben dejarse deslumbrar por las celebridades, pero confieso que me siento abrumado, y no sólo porque Messi sea el futbolista cuya calidad más admire".