El Atlético de Madrid tuvo motivos para quejarse del arbitraje de Gil Manzano a lo largo de la vuelta de semifinales de Copa del Rey 2016-17, pero la realidad es que el FC Barcelona también. Además de las expulsiones injustas de Sergi Roberto y Luis Suárez, el colegiado también pitó un riguroso penalti de Gerard Piqué sobre Kevin Gameiro en la segunda mitad.

La ruleta de la fortuna quiso que el delantero francés lo enviara fuera de la portería de Cillessen, pero fue una acción que bien podría haber contribuido a cambiar la eliminatoria en el Camp Nou. En una acción de la segunda mitad, Gerard Piqué se tiró al césped en el interior del área para rebañar un balón que tenía Kevin Gameiro, franco para el remate a puerta.

Pena máxima rigurosa contra el FC Barcelona

El central catalán del Barcelona logró desviar el balón y también tocó ligeramente la bota del francés, que se dejó caer al notar el más leve contacto. El colegiado Gil Manzano picó y pitó penalti, una de aquellas penas máximas que jamás -o muy pocas veces- señalan a favor del FC Barcelona en las áreas contrarias desde hace meses.

Fue una muestra más del gatillo fácil de Gil Manzano a la hora de pitar en el Camp Nou. Hubo un penalti, tres expulsiones y once amarillas, unas estadísticas excesivas para un partido en el que brilló el fútbol, y que fue intenso pero sin agresividad antideportiva por parte de los jugadores.